Música y folclor

Beto Rada, veterano cultivador y promotor del auténtico vallenato

Juan Rincón Vanegas

03/12/2019 - 05:25

 

Beto Rada, veterano cultivador y promotor del auténtico vallenato
Beto Rada, el Rey Vallenato 1993 / Foto: archivo FFLV

Alberto Constantino Rada Ospino, ‘El gallo negro’ quien nació en El Difícil, Magdalena, el 18 de agosto de 1941, fue el acordeonero más incansable en el folclor vallenato y esto le permitió brillar por ser auténtico.

De esta manera, comenzó a escribir su historia de perseverancia en el Festival de la Leyenda Vallenata donde participó en la categoría profesional en 15 ocasiones hasta que en el año 1993 ganó la corona de Rey Vallenato. Siempre estuvo en los puestos de honor, siete segundos puestos e igual número de terceros, lo que llevó a sus contrincantes a decirle jocosamente que se le había acabado el negocio.

En la tarima ‘Francisco El Hombre’ de la plaza Alfonso López, en 1993, cuando contaba con 52 años, el Rey Vallenato Alberto ‘Beto’ Rada, interpretó y cantó las siguientes canciones de su propia autoría. Paseo, ‘El gallo negro’; Merengue, ‘Llegó el pollo a la valla’; Son, ‘Cuando yo muera’ y la Puya, ‘Yo soy el que toca y canta’. En la caja lo acompañó Renzo Sierra y en la guacharaca, su hijo Roberto Rada Andrade.

A los pocos días de alzarse con la anhelada victoria compuso una canción donde plasmó su testimonio de haber escrito su nombre con letras de oro en la historia del Festival de la Leyenda Vallenata. Era su gran verdad porque la insistencia venció, lo que la dicha no alcanzó.

Se oyeron versos bonitos de mi memoria

quedó mi nota plasmada en el pedestal

y con mi nombre y mi apellido

pasé a la historia del festival.

En total, durante sus presentaciones en el Festival de la Leyenda Vallenata, sumó 60 canciones inéditas de las 250 que compuso, algunas grabadas por distintos cantantes vallenatos como Diomedes Díaz, Silvestre Dangond, Farid Ortiz, Rafael Santos, Miguel Herrera, Joaco Pertuz, Enrique Díaz y Carlos Narváez, entre otros. También se añade que grabó 25 producciones musicales, y se quedó con el deseo de grabar una nueva que había acordado con su hijo el compositor Eliécer ‘Cheche’ Rada, pero el deterioro de su salud lo impidió.

En su casa del barrio Casimiro Maestre en Valledupar, quedó una vitrina llena de trofeos, medallas y diplomas, que son el mayor testimonio de sus innumerables triunfos a lo largo de todo el país.

También sus elocuentes palabras donde dio a conocer que tenía tres acordeoneros que fueron su espejo. Su papá, Francisco ‘Pacho’ Rada, Luis Enrique Martínez y Alejandro Durán. “De esa trilogía es mi escuela y toda la vida he sido fiel a ese legado. Ellos, son la mezcla ideal del vallenato puro”, expresó.

Cómo comenzó todo…

Durante 70 años estuvo tocando su acordeón. Todo comenzó cuando tenía ocho años y se le presentó a su padre, el juglar Francisco ‘Pacho’ Rada Batista. Le tocó la canción ‘El cerrote’ y su admiración fue total, dándole el visto bueno a su hijo para que continuara, no sin antes recalcarle que fuera fiel a la música vallenata y así lo hizo. Desde ese momento se casó con el vallenato tradicional, ese que defendió en distintas tarimas, parrandas, fiestas y producciones musicales.

Este juglar no la tuvo fácil para alzarse con sus triunfos folclóricos, pero contó con el respaldo de su fiel compañera María del Socorro Andrade de Rada y sus ocho hijos: Manuel Francisco, María del Socorro, Alberto, Miguel, Sol Marina, Eliécer, Amalfi y Roberto, semillas que le dieron 22 nietos y 13 bisnietos.

Golpe en el alma

El hijo de Francisco ‘Pacho’ Rada y María Ospino, recibió el miércoles siete de febrero del año 2018 el golpe más triste y profundo de su vida. Murió un pedazo de su alma, su compañera permanente durante 63 años: María del Socorro Andrade de Rada.

Con la tristeza que lo embargada sacó fuerzas de su roto corazón y le compuso una canción que era el mensaje de su inmenso amor para aquella mujer que conoció en su tierra. En esos versos con grandes notas de dolor contaba todo lo que ella significaba. No la pudo cantar porque las lágrimas se lo impidieron, pero dijo que se llamaba ‘Quedó un negro solitario’.

Desde esa fecha luctuosa nada volvió a ser igual para el Rey Vallenato, y después vinieron los dolores del cuerpo que lo derrotaron la tarde del sábado 30 de noviembre de 2019. Ya venía sintiendo el silencio de los atardeceres, su corazón no quería palpitar adecuadamente y la memoria no obedecía hasta que se escuchó esa vieja canción titulada ‘Cipote luto’. “Si te mueres tú, lo cargo yo, y si me muero yo, lo cargas tú…”.

La canción perenne

Para el cantautor Eliécer ‘Cheche’ Rada, su papá fue un hombre guerrero, ejemplar y querendón con toda su familia. En cierta ocasión se propuso hacerle una canción y sin dar tantas vueltas lo logró.

Ahora cuenta ese momento. “Una vez al llegar a la casa lo vi que estaba arrastrando los pies. Me dije, mi viejo se está envejeciendo y su voz se está apagando. De eso hace dos años, y entonces me dediqué a hacerle la canción ‘Como mi padre no hay otro’, donde entregué todo mi corazón y sentimiento de hijo”.

Cada día veo que mi padre

se está envejeciendo

ya lo noto cansado de tanto luchar

lentamente sus pasos se están deteniendo

si pudiera darle unos años

se los daría a papá.

Mi viejo es toda mi fuerza

mi ejemplo, mi orgullo

Él, es la mayor riqueza

que me ha dado Dios.

Ahora con la tristeza que hace mella en todo su ser, recuerda ese instante en que le cantaba a su viejo. “Mi papá escuchó la canción y no dejó de llorar. Se puso triste porque se conjugaban tantos y tantos recuerdos. Me agradeció con un abrazo y unas bellas palabras”.

El mismo de siempre

El Rey Vallenato en los últimos meses caminaba pausado, meditaba mucho y hablaba poco. Ya no tocaba su acordeón para recordar esos tiempos vividos y todo era silencio en el cuarto de su hogar.

‘Beto’ Rada, compuso muchas canciones de diversos hechos que rodearon su entorno costeño, pero siempre destacaba a ‘El mismo de siempre’ que le grabara Silvestre Dangond. Ahí estaba enmarcado el hombre sencillo, bueno, noble que supo darle a su vida el más grande sentido musical. Eso le permitió convertirse hasta el final de sus días en un cultivador y promotor de ese vallenato que le inculcó su papá Francisco ‘Pacho’ Rada.

Como soy noble y sencillo muchos se imaginan

que no me doy la importancia que me debo dar.

Nací con un privilegio y es grande mi nombre

y por eso no he dejado de ser lo que soy.

Yo quiero al pobre y al rico, al viejo, al adolescente,

yo tengo de todo un poquito y vivo feliz con mi gente.

La muerte cumplió su cometido en el cuerpo del hombre que estaba listo para recibirla. Ya lo había dicho en su última entrevista. “Para la muerte estoy preparado. No le tengo miedo porque estoy a paz y salvo con Dios. He servido al vallenato con amor y espero nunca olviden a este viejo que no pidió nada y dio mucho”.

Ante esta realidad de la vida su hijo Eliécer ‘Cheche’ Rada, escribió su sentir salido de lo más profundo de su alma. “Mi querido viejo, es difícil describir en unas líneas lo que siento porque ya no estás en cuerpo, pero tu recuerdo está conmigo y con todos tus seres queridos. Te siento en mi corazón y así será eternamente mi padre, mi gran orgullo y mi amigo incondicional. Por siempre te amaré mi gallo negro”.

 

Juan Rincón Vanegas

Sobre el autor

Juan Rincón Vanegas

Juan Rincón Vanegas

Cultivo de folclor vallenato

Periodista, escritor y cronista, natural de Chimichagua, Cesar y ganador de distintos premios de periodismo con historias del folclor vallenato y sus distintos personajes. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.

@juanrinconv

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