Música y folclor

“La candela viva”, la crónica cantada de Chimichagua sigue sonando con el paso de los años

Juan Rincón Vanegas

30/06/2021 - 05:25

 

“La candela viva”, la crónica cantada de Chimichagua sigue sonando con el paso de los años
Heriberto Pretel Medina es el autor de La Candela viva / Foto: archivo particular del autor

 

Una mañana, al abrir el Whatsapp, me encontré con un regalo inusitado de esos que elevan el corazón a la máxima altura. Se trataba de la memorable canción ‘La candela viva’, de la autoría de Heriberto Pretel Medina.

Tenía una dedicatoria. “Maestro, le estoy mandando esa canción de la cual usted hace algún tiempo escribió una bonita crónica. Escúchela y me cuenta”.

Así de sencillo. No tuve otra alternativa que sentarme a escribir y meterme en ese mundo mágico donde está encerrada Chimichagua en toda su extensión. Una nueva grabación y una nueva alegría. Esta vez, por parte de la cantante quinceañera Verónica Verdecia Ustáriz quien le puso su talento y nuevos versos, como ha venido sucediendo desde que la grabó por primera vez en al año 1955 Alejandro Durán Díaz, inspiración que apareció como de su autoría, pero que en realidad pertenece a Heriberto Pretel Medina, compositor, cantador y tocador de tamboras, aire autóctono de esa región del río Magdalena y la ciénaga de Zapatosa.

De generación en generación se ha conocido que la canción es del juglar chimichaguero. No podía ser de Alejo Durán, porque, cuando sucedieron los hechos del incendio, él contaba con cuatro años, pero se le abona haberla grabado y eso vale mucho.

Fuego, fuego, fuego,

la candela viva.

Que allá viene la candela,

la candela viva.

Que ya viene por el higuerón,

la candela viva.

Que yo ví que me llevaba,

la candela viva.

Que yo ví que me enterraba,

la candela viva.

Fuego ya que me quemo,

la candela viva.

Que se quema Chimichagua,

la candela viva.

Alejo Durán, el Rey Vallenato en el año 1968, conocía esa y otras obras como ‘La perra’, ‘Mi compadre se cayó’, ‘La palomita’, ‘La pava echá’, ‘Dime por quién lloras’ y ‘Vuela pajarito’, entre otras, debido a que su señora madre Juana Francisca Díaz Villarreal, era una reconocida cantadora de tambora en toda la región.

La historia de la canción, que tiene más de 15 versiones, y que es interpretada obligatoriamente en los festivales de tambora que tienen lugar en los departamentos del Cesar, Magdalena y Bolívar, nació a raíz de un incendio ocurrido en Chimichagua el 14 de febrero de 1923 en la casa de Luís Roberto León. Era un miércoles de ceniza, y la casa donde se originó la candela está ubicada actualmente en la calle sexta con carrera cuarta, esquina.

Todo comenzó cuando esa tarde Ana María Flórez asaba panochas, galletas y almojábanas en un horno de barro, de repente, la brisa provocó que salieran varias chispas que llegaron hasta el techo de palma y comenzó la conflagración que acabó con la mayoría de casas del pequeño pueblo. A raíz del hecho se inspiró Heriberto Pretel y compuso ‘La candela viva’, aire de tambora que es un baile cantao.

El viejo Heriberto, negro bonachón y alegre, era un compositor innato que vivió gran parte de su vida en Plata Perdía, actual corregimiento de Chimichagua. Él fue un gran devoto de la Virgen de la Pastorita, a la cual le celebraba su fiesta el 15 de agosto de cada año.

Este célebre compositor murió el domingo 14 de agosto de 1988, a la edad de 89 años, y paradójicamente en su sepelio, el sacerdote Guillermo Ramírez Gómez, no dejó que sonaran las tamboras argumentando que “el difunto debía descansar en paz”. Esas son las paradojas de la vida cuando no se pudo despedir con la música que dejó e hizo con tanta pasión folclórica.

De otra parte, el cantante Jorge Celedón y la cantadora ‘Totó’ La Momposina hace ocho años grabaron una bella versión de ‘La candela viva’, que recorrió el mundo, guardando la autenticidad folclórica de una canción que se convirtió en ícono de la música colombiana.

Cabe anotar que ‘Totó’ La Momposina ya la había grabado años atrás, incluso, se entrevistó en Chimichagua con su autor el 26 de junio de 1979, fecha que coincidió con la realización del Primer Festival de Danzas y Tamboras, evento declarado como Patrimonio Cultural del Cesar.

Ha sido un recorrido lleno de nostalgias, de recuerdos cercanos y de esa canción que nos regresa al lugar donde nacimos y que ha dado incontables alegrías a través de sus músicos y gestores culturales a quienes hay que aplaudir porque en medio de muchas dificultades han sostenido este bello folclor.

A Verónica, la cantante le cuento que me gustó el canto porque tiene esa esencia del folclor con un sonido espectacular y un encanto que nos transporta al ayer.

Hoy con más razón vuelvo a repetir aquella frase que me inventé al calor del corazón enamorado de mí tierra. “Un CHIMIabrazo para todos”. Además, el que nace y el que le canta a Chimichagua, Dios le multiplica las bendiciones. Amén.

 

Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Sobre el autor

Juan Rincón Vanegas

Juan Rincón Vanegas

Cultivo de folclor vallenato

Periodista, escritor y cronista, natural de Chimichagua, Cesar y ganador de distintos premios de periodismo con historias del folclor vallenato y sus distintos personajes. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.

@juanrinconv

1 Comentarios


ALEX ADRIAN OLIVEROS GALINDO 30-06-2021 08:29 PM

Conocía un poco la historia de Heriberto Pretel y sus composiciones, su amor por la Pastorita. Que buenos recuerdos. Soy chimichaguero de nacimiento.

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