Ocio y sociedad

La pasión por la selección colombiana

Redacción

09/09/2013 - 11:10

 

Celebración del gol de Colombia ante Ecuador en ValleduparEl fenómeno se confirmó nuevamente el viernes 06 de septiembre con un baile de camisetas amarillas y blancas que animaba las calles del país entero. El escudo de la selección colombiana fulguraba en cada una de ellas como un signo de indiscutible apoyo. Pero, en realidad, la pasión por el equipo nacional ya iba creciendo desde hace varias semanas.

En Valledupar, el rumor del partido Colombia-Ecuador ya era palpable cuando apareció la noticia de una eventual lesión de Falcao –el astro del equipo–, y eso, en una ciudad como Valledupar donde el interés por el futbol se percibe incluso en los partidos de la liga española como el Barça-Mardrid, no podía pasar desapercibido.

En la capital del Cesar, la pasión por la selección nacional es quizás mayor que en el resto del país. En este pedacito de la costa donde el aire es más liviano, el futbol se respira con intensidad, aunque el equipo local –debido a unos resultados inconstantes y un estadio en remodelación– no haga la unanimidad.

Ya a las 11 de la mañana del viernes, los locales de bebida se esmeraban en ultimar los preparativos para un partido que se anunciaba crucial. De no ganar, la calificación de Colombia se complicaba y, para una selección que ansía superar los resultados de tres décadas anteriores, esto era inconcebible.

Por eso había que apoyar de todas las maneras: ostentando la bandera, pegando bombas en las paredes, pintándose la cara o el cabello. “¡Cualquier vaina es bienvenida!”, nos comentó un aficionado con una carcajada que vendía camisetas a $20.000 cerca de la rotonda del Pedazo de acordeón.

A las 2  de la tarde la gente fue tomando posición. En la Novena, la Simón Bolívar, a pocos metros de los Poropos, y hasta en la sede deportiva de la Universidad Popular del Cesar aparecieron entusiastas con “vuvuzelas” y otros instrumentos ruidosos. Algunas parejas o grupos de amistades coreaban tímidas canciones que fueron apagándose con la noticia de un aguacero descomunal.

Barranquilla se borró durante unas horas bajo las aguas torrenciales. Comentaristas y presentadores hablaron de una posible cancelación del partido, pero, en Valledupar, la fe seguía intacta. “¡De aguaceros nosotros sabemos!”, expresó vivamente un seguidor de la tricolor en la terraza de Tierra de Cantores en la Novena. No tuvimos tiempo de aclarar si el “nosotros” era para Colombia o Valledupar. En todo caso, el ambiente seguía creciendo. Y con la confirmación de que el partido empezaría a las 5, la serenidad volvió a su estado mayor.

Los pronósticos siempre fueron optimistas. “Dos a cero con goles de Falcao”, nos dijo Irene, una joven universitaria en el Parque La Vallenata. “¡Tres a cero!”, pronosticó José Alberto, un mesero de la calle Simón Bolivar. Todos los resultados transmitían una nota de euforia aunque pocos se atrevían a apostar por un 5-0 que Colombia impuso a Argentina hace veinte años.

En el terreno, todo fue muy angustiante. Colombia jugó en los primeros instantes, se benefició de una expulsión y marcó a los pocos minutos. Toda la ciudad vitoreó las agallas de un equipo irreductible, pero en ningún momento el equipo de Ecuador se dejó someter.

“¡Esto está que arde!”, nos comentaba un motorista al detenerse en un semáforo a pocos metros de la Casa de la Cultura. Evidentemente, estaba afanado buscando un espacio donde ver el partido tranquilo.

El resto muchos lo saben. Colombia mantuvo el resultado hasta el final, sorteando las hazañas de unos ecuatorianos que volaban en el estadio barranquillero. La victoria se luchó hasta el final y hasta Dios parecía estar del lado colombiano:   “¡Esto es un milagro!”, gritó Mileida en la terraza del Valleplaza cuando Ecuador falló el penalti que podía cambiarlo todo.

Después del pitido final, las celebraciones siguieron hasta las 4 de la madrugada y, salvo las imprudencias de una caravana tan loca como arrebatada, compuesta por centenares de motoristas que infundían el miedo a su paso por las calles de Valledupar, lo demás fue celebrado con mucha alegría y sobre todo mucho vallenato.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

“Los hombres sí podemos reconciliarnos positivamente con lo femenino”

“Los hombres sí podemos reconciliarnos positivamente con lo femenino”

  Javier Omar Ruíz es uno de los fundadores del Colectivo Hombre y Masculinidades; una organización social que viene operando en ...

La vida del cantante

La vida del cantante

  Llueve, es viernes. La lluvia es intensa y ruidosa tras caer y descolgarse por los alares de los techos. Constantemente relampague...

Liliana Tajeldin, la mujer más rápida de Colombia

Liliana Tajeldin, la mujer más rápida de Colombia

“A mi carro le grito cuando corro, le pido que se mantenga derecho antes de una carrera, pero después lo felicito, lo consiento mu...

Dusan Vlahovic es un maestro de los penaltis

Dusan Vlahovic es un maestro de los penaltis

  Dusan Vlahovic es un delantero serbio conocido por sus actuaciones en la Fiorentina y la Juventus. Por cierto, visitar sitio de 1xB...

Récord de visitas en apertura de Mayales Plaza Comercial

Récord de visitas en apertura de Mayales Plaza Comercial

La expectativa era grande, la presión enorme, pero la respuesta del público lo superó todo. Durante los tres primeros días de aper...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Sanar con árboles

Rosa Cintas | Medio ambiente

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados