Ocio y sociedad

Fernando Vallejo en el laberinto del escepticismo

Redacción

10/04/2015 - 07:00

 

Fernando Vallejo en el laberinto del escepticismo

Fernando Vallejo / Foto: Colombia.com

Si algo caracteriza a Fernando Vallejo, no son las declaraciones de afectos. El escritor colombiano radicado en México tiene un largo historial de desencuentros con el mundo político y cultural que no se han apaciguado en el exilio.

Las declaraciones del escritor en la última cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia –el pasado 6 de abril del 2015 en Bogotá– no vinieron a marcar una tregua, sino todo lo contrario.

Fernando Vallejo no cree en el presidente de turno –cualquiera que sea-, tampoco en las Farc, ni en el proceso de paz en el que se inscribe la actualidad nacional. Critica a las mafias políticas resumidas en 3 grandes familias y clama a la ruina de un sistema amoral y deshumanizador.

“Millones de desocupados, una deuda externa de 100.000 millones de dólares, un sistema financiero de estafadores, un Congreso de corruptos, un poder judicial corrupto, el campo en ruinas, el peso en picada, la prensa arrodillada, las ciudades en manos del hampa, la inseguridad en todas partes, y como última razón y causa de todos nuestros males, la desaparición del Estado”, expresó Fernando Vallejo en apertura de su airosa diatriba.

Esta reciente crítica nos recuerda otras apariciones en público en las que, con papel en una mano, micrófono en otra, y mirada fija, el escritor enumera con tono aciago y desventurado las dolencias de su país.

En el año 2000, en el Parque Nacional en Bogotá, se dirigía a la juventud Colombiana manera derrotista. “A los muchachos de Colombia, ustedes han tenido la mala suerte de nacer en el país más loco del planeta”.

Éste era su aviso para que los jóvenes no se dejaran arrastrar por esa locura que tiene como rostro el narcotráfico, el paramilitarismo, la guerrilla y los sucesivos gobiernos. Su discurso mencionaba nombres propios como Castaño, Tirofijo, Pastrana, Gaviria, Samper, y eran su forma de combatir la infamia.    

En el Hay Festival de 2009 en Cartagena, el mismo hombre que había criticado la política arremetía ahora contra la Iglesia y la comparaba con una empresa criminal.  

“Los argumentos teológicos de la existencia de Dios y los históricos de la existencia de Cristo son deleznables, una telaraña de sofismas y conjeturas que no hay de dónde colgar […] No habrá futuro para Colombia mientras la plaga de la Iglesia Católica, a la que en los últimos años se le han venido sumando las sendas protestantes, siga pesando sobre nosotros como la detentora de la moral y la verdad en contubernio con el poder político”.

¿Pero de dónde provienen las últimas críticas de Fernando Vallejo al proceso de paz (que vienen a sumarse a las ya pronunciadas en la Feria del Libro de Bogotá en 2014) ¿Cómo puede explicarse esta invectiva en contra de un esfuerzo de reconciliación nacional?

La primera respuesta puede ser la falta de transparencia. Fenando Vallejo es un ferviente crítico de los diálogos en la sombra así como la tendencia al oscurantismo. “Que haya sentado en Cuba a sus enviados a negociar con los de las FARC como iguales se me hace perfecto porque lo son: alimañas todos.”

Otra lectura deja pensar en un acto de provocación. Muchos son los comentarios aparecidos en las redes sociales que condenan la costumbre del escritor a criticar por criticar, la poca evolución de su análisis, la falta de cifras, referencias a documento o citas de autores y expertos, y el regreso inevitable de ese tono lastimero que suena también a atavismo o gusto por la queja.

La pregunta queda abierta. ¿Fernando Vallejo critica con tanta facilidad a Colombia por provocación, resentimiento, o verdadero amor? O quizás todas estas razones a la vez.

 

PanoramaCultural.com.co

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