Opinión

El avión de la Fiscalía

Rodolfo Quintero Romero

24/04/2013 - 11:00

 

La celebración de la fiesta de la Leyenda del Rosario y el Festival Vallenato es quizás el evento folclórico religioso que más gente moviliza en el país. Numerosos fanáticos vienen a acompañar a sus respectivos ídolos con la ilusión de verlos regresar coronados como reyes. Miles llegan de toda la región Caribe a reunirse con amigos y familiares a disfrutar los sabores del acordeón.

Arriban también extranjeros atraídos por la magia del vallenato en vivo y a comprobar la fama de buenos anfitriones que se han ganado los valduparenses a través del tiempo. Romerías de parranderos procedentes del interior del país acuden a cumplir un ritual de fidelidad con este folclor orgullosos de haber asistido sin interrupción a los últimos 20 festivales, por decir algo.

Sorprende, en el sofoco de los calores de abril, ver a gerentes generales y ejecutivos de multinacionales apropiarse sin pudor del honor de brindar las parrandas más exquisitas, sentar cátedra sobre los vericuetos más intrincados de la música vallenata, cantar sus clásicos, contratar a los mejores conjuntos y brindar ríos de güisqui y finas viandas.

En cambio, a nadie extraña encontrar en este tsunami turístico a un presidente de la república vallenatólogo, expresidentes en armas o desmovilizados, ministros y burócratas de todo pelaje disfrutando libremente el alegre festejo. Ya ni siquiera molesta ver al cachaco, recién elegido jurado, preguntándole al vecino por quién votar mientras intenta descifrar si está en el festival del Mono Núñez o en el de San Pelayo.

Todos son bienvenidos a gozar del fundingue popular en un tolerante ambiente tropical. Todos, menos esa cínica comparsa -que nunca deja de asistir al Festival- conformada por reconocidos y simpáticos corruptos, miembros de cuanto carrusel de la contratación se conforma en el  país para robarse el tesoro público, que vienen con el único propósito de retratarse y exhibirse al lado de personas honorables que les den prestigio e imagen. Así, mientras ellos se van limpiando los otros se van untando. ¡Ay hombe, güepa je, sabrooso!

A estos rufianes de cuello blanco y manos sucias que aspiran a mantener sus curules y blindar sus contratos, me permito informarles que hay un rumor cada vez más fuerte recorriendo calles, esquinas y tertulias de la ciudad, que anuncia la llegada nocturna en pleno Festival de un avión de la Fiscalía General de la Nación, con un grupo del CTI, lista en mano, que no viene propiamente a parrandear.

Ojo, les estoy advirtiendo a tiempo. No digan después que nadie les avisó. De pronto los obligan a concursar en la canción inédita. ¡Pilas, piérdanse!

 

Rodolfo Quintero Romero

@rodoquinteromer

Sobre el autor

Rodolfo Quintero Romero

Rodolfo Quintero Romero

Causa común

Rodolfo Quintero Romero. Agrónomo. Máster en Economía, especialista en Derecho del Medio Ambiente y Profesor Universitario. Su columna nos invita a conectar con la actualidad cesarense y entender los retos a enfrentar para lograr un crecimiento sostenible y duradero en el departamento.

@Rodoquinteromer

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

La reina de la décima

La reina de la décima

El mismo pueblo, las mismas calles, con los ‘matarratones’ y mangales por doquier, vertido en versos, canciones e historias, como t...

Editorial: El río Magdalena como eje para el desarrollo

Editorial: El río Magdalena como eje para el desarrollo

Los ríos son una vía de progreso que no hay que ignorar. Son corredores de fácil acceso que permiten el desplazamiento de mercanc...

Editorial: Periodismo y pluralismo informativo en el Cesar

Editorial: Periodismo y pluralismo informativo en el Cesar

La reciente desaparición de uno de los dos grandes periódicos impresos de la ciudad de Valledupar (Vanguardia-Valledupar) ha sumido l...

Somos una sociedad enferma

Somos una sociedad enferma

Ante el aberrante y macabro crimen de un angelito en Bogotá, los colombianos nos horrorizamos, llenamos de frustración, furia y dol...

La otra cara de la lucha contra el mototaxismo

La otra cara de la lucha contra el mototaxismo

Valledupar es una ciudad donde la oferta laboral privada es casi nula, el pueblo subsiste de la oferta pública de empleo, un reducido ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados