Opinión
El eterno problema del jurado
En pleno apogeo del 47 Festival de la Leyenda Vallenata, hablar de este tema resulta de gran utilidad, así como de especial y palpitante actualidad, porque deben ser muchos los concursantes que les ha ocurrido o les debe estar ocurriendo algo parecido a lo que aquí vamos a comentar.
El eterno problema de todo concurso consiste en cómo hacer para asegurarse que un jurado sea completamente imparcial y actúe con una total y transparente ecuanimidad, lo que de entrada debo asegurar es materialmente imposible, si el jurado está compuesto por seres humanos.
En el Festival Vallenato es posible que a usted le haya ocurrido que es el autor o escuchó una canción inédita hermosa y digna de clasificar entre aquellas que se presentarán en tarima, sin embargo el jurado de la preselección no lo consideró así y fue de aquellas descabezadas. No obstante, al escuchar las canciones clasificadas, algunas nos parecen horribles o, por lo menos, sin méritos para clasificarse. Con el beneficio de la duda y el principio de la buena fe, debemos pensar no en que hubo corrupción o clientelismo, sino en que a quienes calificaron, algo de las canciones clasificadas les llamó más la atención frente a las eliminadas, entre gustos no hay disgustos.
Sin duda, el Festival de la Leyenda Vallenata ha ido mejorando muchos aspectos de una de las problemáticas recurrentes y es aquella de la idoneidad del jurado, en el sentido de tener una especie de escuela de jurados, donde se les capacite permanentemente y se les evalúe su trabajo aplicándoles sanciones e incentivos.
Una de las herramientas que a mi juicio tiene gran eficacia y que emplean los directivos del Festival Vallenato es la escogencia del Jurado de las finales a escasas horas –o minutos– de iniciarse los concursos. Allí el margen de maniobrabilidad y de posible corrupción o clientelismo se reduce ostensiblemente.
El señor presidente de la Fundación este año ha anunciado que rotarán los miembros del jurado en las diversas categorías y modalidades, lo cual me parece sano, ya que precisamente cuando una persona es jurado todos los años en una determinada modalidad o categoría puede ser presa de asedio y ofrecimientos por parte de algunos participantes, recordemos que la corrupción puede provenir de cualquiera de los sujetos involucrados (Jurado- concursante) o incluso de terceros.
Afortunadamente, la gran mayoría de los miembros del jurado son honestos y ecuánimes, pero no faltará aquel que se deje llevar por recomendaciones, que reciba dadivas o que la familiaridad, el regionalismo o cualquier otra motivación distinta a la calidad sean sus parámetros preponderantes, de esos jurados líbranos señor.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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