Opinión

Colombia, un país sin justicia

Diógenes Armando Pino Sanjur

19/11/2014 - 05:20

 

El artículo 1 de nuestra constitución política reza que Colombia es un estado social de derecho, lo que nos plantea la búsqueda de la convivencia a partir del respeto y garantía de los derechos humanos.

Pero, a pesar de esta disposición constitucional, la realidad es otra. Encontramos que desde el 9 de octubre los empleados de la rama judicial se encuentran en paro, debido al incumplimiento del gobierno nacional en la nivelación salarial, la mejora en las condiciones laborales y las denuncias sobre la burocracia existente en la fiscalía general de la nación.

Debido a esta parálisis más de 30 mil procesos se encuentran estancados, más de 3 mil audiencias no se han podido realizar, lo que conlleva a la vulneración de derechos fundamentales a muchas personas que esperan que la justicia les defina su situación, circunstancias que preocupan y se dificulta cada día más si analizamos que se acerca el mes de diciembre y la rama judicial entrara en su famosa vacancia judicial.

Es injusto que se presente ésta situación en un estado de derecho, pues se establece que el Estado está sujeto al derecho, toda vez que es un gobierno de leyes, que no gobiernan los individuos, sino que se está bajo la directriz de las normas del estado, pero: ¿qué directriz pueden establecer las normas si los responsables de hacerlas valer, respetar y garantizar se encuentran en un cese indefinido de actividades?

En nuestro país todos los habitantes soñamos y demandamos alcanzar la tan anhelada paz, debido esto, decidimos renovar la confianza en el gobierno del presidente Santos, a diario exigimos el cese de las acciones armadas y la construcción de una sociedad en paz que nos garantice un mejor futuro para las nuevas generaciones. Pero es insólito y absurdo pensar en un país en paz y armonía si no contamos con un sistema de justicia transparente, consolidado, firme y en pleno funcionamiento.

Debemos tener claro que la justicia es el mecanismo que nos permitirá resolver nuestros conflictos y reparar a las víctimas de más de 50 años de guerra injusta; por ello se convierte en la pieza indispensable  e imprescindible para que gocemos de un país lleno de desarrollo, progreso, mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes y podamos convivir en paz.

Por ello se hace necesario que el gobierno nacional y nuestros queridos congresistas tomen cartas en el asunto y mancomunadamente con las altas cortes, fiscalía, procuraduría, la rama judicial, las facultades y los profesionales de derechos trabajen en una verdadera reforma que garantice un verdadero pacto nacional por la justicia, que permita la modernización de los procesos judiciales, la descongestión de procesos y la contratación de más jueces para acabar con la escasez de estos en más de 350 municipios del país.

Si el país no trabaja mancomunadamente en una verdadera reforma a la justicia desafortunadamente los anhelos de paz en Colombia los veremos más como una utopía que en una realidad, porque un país donde reine la injusticia y la desigualdad social no puede construir la paz y armonía entre sus habitantes.

 

Diógenes Armando Pino Sanjur

 

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Editorial: ¿Cuáles son las ventajas de las estufas ecológicas?

Editorial: ¿Cuáles son las ventajas de las estufas ecológicas?

El reciente convenio firmado por la Gobernación del Cesar (Colombia) y Corpocesar por un valor de 1570 millones de pesos con el fin ...

¿Y dónde está el animador?

¿Y dónde está el animador?

Quien duda del liderazgo del animador Sady Rojas, próspero empresario de las famosas castas Matecaña y padre de una escuela de animad...

“Ni una mujer menos, ni una muerta más” (2)

“Ni una mujer menos, ni una muerta más” (2)

No es culpa del reguetón.  Cuando era adolescente escuchaba que decían que el culpable de tanta depravación en la juventud  era...

Valledupar: desempleo e informalidad, el pan de cada día

Valledupar: desempleo e informalidad, el pan de cada día

  El DANE presentó el pasado 28 de junio las cifras del mercado laboral correspondientes al trimestre móvil entre marzo y mayo de...

Editorial: ¿Qué significa trabajar por  la cultura?

Editorial: ¿Qué significa trabajar por la cultura?

Todo el mundo habla de cultura: los políticos en campaña, los sacerdotes en las eucaristías, los escritores de cafés, los periodist...

Lo más leído

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

Los Pacabuyes: ¿un pueblo Chimila o Malibú?

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Pueblos

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Armando Zabaleta: el fecundo compositor de “No voy a Patillal”

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados