Opinión

El mes de las mil esperanzas

Fabio Fernando Meza

22/12/2014 - 06:40

 

A diferencia de otros años, diciembre llegó de prisa y silencioso y se instaló en todas las almas. Su sola presencia nos hace reflexionar sobre lo que queremos, lo que somos, lo que tenemos y para dónde vamos.

La nostalgia que todas las mañanitas nos invade no nos deja en paz hasta no ver rodar una lágrima por las mejillas desde unos ojos tristes. El ambiente decembrino se complace en jodernos la vida haciéndonos recordar situaciones casi siempre nostálgicas, y que para esta fecha precisamente llegan certeras a nuestra mente como un dardo venenoso.

Se ven caras alegres porque los deseos tantas veces reprimidos se cumplieron en su totalidad, porque después de tanto tiempo viajamos allá donde se encuentran nuestros familiares a quienes no vemos hace mucho tiempo ya, porque nos hemos reconciliado con todos los vecinos  con quienes  hemos tenido algún disgusto y podemos dormir en paz, porque al fin después de tanto luchar, la muchacha más preciosa del barrio nos ha dado el “sí” que tanto anhelábamos.

Diciembre es el mes de las mil caras. Es el mes de la nostalgia. Es muy condescendiente con todos nosotros. Es la época del año que baila al son que le toquen, porque del que está dichoso, diciembre se contagia, pero también recrudecen los pesares del que se encuentra triste. Triste o alegre pero siempre llega con sus días de sol de aluminio, es el mes que más nos enguayaba porque nos hieren los recuerdos desagradables. Diciembre es como la sonrisa de un niño en los brazos de su madre; Diciembre es como llegar en una noche callada y entregar todo sin pedir nada a cambio; Diciembre es como empezar todos los días con la fuerza del alma; Diciembre es como el abrazo fuerte y eterno que nos regalan  todos los abuelos; Diciembre es como el café que hierve en el fogón por culpa de una candela danzarina todas las madrugadas; Diciembre es como mirar de tardecita el cielo sembrado de rosas rojas; Diciembre  es como cantar en la vida una canción y hacer llorar de felicidad al corazón…

Para muchas personas las navidades es el período más bonito del año y se pasan todo el año esperándola ansiosas, pero muchas otras no quisieran  recordar que al final del año hay fiesta de  navidad y año nuevo  y piensan que no debería existir.

En diciembre nos preocupamos más por las cosas materiales, del lujo, de la apariencia y de la hipocresía y nos olvidamos quizás de lo más importante: de la transparencia de nuestras almas, del lucero celestial que todos deberíamos llevar dentro. Y regalarlo envuelto en papel de esperanzas junto a una sincera sonrisa a aquellas personas que se crucen en nuestro camino y que están tristes para que Dios las proteja todos los años.

Qué bueno sería que todas las familias del mundo extendieran el mes de diciembre todo el año para que nunca dejen de quererse, de respetarse, de ayudarse mutuamente y tengan paz de amor siempre.

Qué lindo sería robarle la felicidad que siente aquella persona cuando ella lo embarga en su rancho humilde porque llegó diciembre, y está dichosa y agradecida con el cielo porque está viva y lo esperan tantas cosas por hacer, tantos sueños sin realizar, todos unos deseos que nacen con  cada amanecer, y recibe la aurora de Dios silbando una canción al travieso y juguetón viento que la esparce por todo el universo, porque no le queda tiempo para pensar cosas que no debe; y apoderarnos de ella y sentir su calor y su presencia, y no limitarnos a decepcionarnos de nosotros mismos ni desearle el doble del mal a quien está contento, solo porque nosotros no tenemos la misma suerte.

Sólo así, alegrándonos por la alegría ajena, sintiendo todos los triunfos ajenos como nuestros, estrechando la mano de forma sincera del amigo, y brindando un abrazo verdadero, será nuestro corazón todas las noches en el firmamento una estrella.

Que diciembre nos regale el milagro de ser sinceros con nosotros mismos para poder serlo con las demás personas, porque a veces olvidamos que por principios todos somos  hermanos. 

 

Fabio Fernando Meza

 

Sobre el autor

Fabio Fernando Meza

Fabio Fernando Meza

Folclor y color

Cronista colombiano originario de San Fernando (Santa Ana, Magdalena). En esta columna encontrar textos sobre la música vallenata, su historia y sus protagonistas, así como relatos cortos que han sido premiados a nivel nacional e internacional.

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