Opinión

La reinserción a la vida civil: el gran reto de las FARC y el ELN

Eber Patiño Ruiz

28/05/2015 - 05:00

 

No son una docena, ni dos, ni tres, son miles de guerrilleros que deben empezar de cero un proceso de reinserción a la vida civil, cambiar el viejo modelo de pensamiento implantado con sangre en sus vidas y ver el mundo desde otra óptica. Ya no desde las armas, el miedo, la angustia y el terror, sino desde la otra orilla, donde pueden ser útiles a la sociedad aportando desde sus vivencias para que no se repita más la historia de tener por más de medio siglo una guerra que a todos nos ha tocado de alguna manera y que ya debe terminar.

Dejar las armas, quitarse el camuflado, las botas de caucho; afeitarse la barba, hacerse un corte de cabello, dormir toda la noche tranquilo y olvidarse de la estera que le servía como cama, serán los cambios más notorios que a primera vista todo guerrillero tendrá cuando ya no sea oficialmente un combatiente alzado en armas. Después vendrán otros cambios como: nuevos  hábitos alimenticios, el usar ropa diferente, cambiar su discurso y empezar a socializar con la familia. Pero no será de la noche a la mañana, son procesos que duran años y para algunos puede que no se dé ningún cambio, porque después de estar más de veinte años metido en la selva, caminando por la montaña, independiente de su condición de guerrilleo  y de la noche a la mañana sacarlo a la fuerza de la que considera su casa, será un cambio muy brusco y que irremediablemente dejará secuelas y como es apenas obvio, habrá resistencia. Otros por el contrario, están esperando ansiosos que termine la pesadilla de sus vidas.

Miles de personas sometidas a un ideal filosófico que hace muchos años perdió su norte ven en las armas el medio para amedrentar a las poblaciones más recónditas de este país, donde no existe la presencia institucional de Estado. Esas familias observan hoy el proceso de paz que se adelanta en la Habana como un salvavidas en medio de la tormenta, porque nadie conoce a ciencia cierta el dolor de perder a sus hijos en las minas quiebra patas, o no volverlos a ver nunca más porque están vigilados y amenazados en las cuadrillas de reclutamiento infantil de las FARC o ELN.

Para miles de familias la esperanza de volver a ver a sus seres queridos de regreso al seno del hogar, les ilusiona cada día y rezan para que al fin llegue la paz. Pero no todo consiste en firmar unos papeles, estrecharse las manos, tomarse la foto para la historia, y fin al conflicto. La guerra continuará por muchos años más, mientras se acomodan los intereses políticos y económicos, porque no va a ser fácil para la guerrilla entregar las tierras que por tantos años tienen en su poder.

La Agencia Colombiana para la Reinserción (ACR) entidad del Estado encargada de este proceso de reinserción ha tenido grandes logros y bonitas historias que contar, pero si algún día se da la tan esperada paz, tendrá que reestructurarse para atender a miles de personas en todo el país y esa labor requiere de una gran estructura institucional dadas las pasadas experiencias en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Bolívar y Santander donde fracasaron a mitad de la formación todos los planes de reinserción, dando como resultado la retoma de las armas de cientos de hombres, perdiendo todas las garantías que el Estado les ofreció.

Ya ocurrió y puede volver a pasar. Todos los colombianos debemos aportar para que nuestro país, al igual que el resto de naciones que han firmado la paz, digamos con orgullo: cero guerrillas.

 

Eber Patiño Ruiz

Sobre el autor

Eber Patiño Ruiz

Eber Patiño Ruiz

Hablemos de…

Eber Alonso Patiño Ruiz es comunicador social, periodista de la Universidad Católica del Norte Sede Medellin, Antioquia. Su gran pasión es la radio y la escritura. Tiene dos novelas terminadas y una en camino, un libro de cuentos y otro de historias fantásticas; tres libros de poesía: Huellas, Tiempos y Expresión del alma.

@Eber01

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

¡Cuidado, el lobo acecha!

¡Cuidado, el lobo acecha!

En estas semanas hemos asistido al espectáculo más grotesco que se pueda presentar en campaña política alguna, trapos sucios al sol...

Una culpa colectiva

Una culpa colectiva

Nos llegó como una peste bíblica el famoso Covid-19, en principio hubo el mayor pánico mundial que se ha vivido en los últimos año...

No podemos retroceder a prácticas superadas

No podemos retroceder a prácticas superadas

  En ésta campaña política se ha visto de todo. Se ha vuelto a prácticas que se creían superadas desde hace años. Los de izqu...

Las palabras de grandes colaboradores en los 10 años de Panorama

Las palabras de grandes colaboradores en los 10 años de Panorama

  Cumplir años es una gran felicidad, sobre todo cuando vemos que el paso de los años ha servido para que los textos, iniciativas y...

Cirujanos estéticos, sombríos marchantes de la miseria humana

Cirujanos estéticos, sombríos marchantes de la miseria humana

Antes que todo, deseo manifestar que no pretendo criticar ni demeritar las cirugías estéticas que buscan una solución ante situaci...

Lo más leído

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

Los Pacabuyes: ¿un pueblo Chimila o Malibú?

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Pueblos

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Armando Zabaleta: el fecundo compositor de “No voy a Patillal”

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados