Opinión

El poder, ¿para qué?

Luis Alcides Aguilar P.

08/10/2015 - 05:20

 

Jorge Eliécer Gaitán y Darío Echandía

Fue la pregunta que realizó Darío Echandía el 9 de abril de 1948 en medio del llamado bogotazo, cuando se le pidió que liderara un movimiento para tumbar a Mariano Ospina Pérez, quien gobernaba el país en momento del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Muchos lo cuestionaron por tan absurda pregunta; pero quizás no analizaron detenidamente la profundidad de su interrogante, en momentos en que el país se iniciaba una crisis política y hasta el momento no se estaban previendo las consecuencias; como ocurre en este país, él sería el Sancho Panza y los demás embaucadores encarnarían al Quijote.

En la actualidad, muchos sí conocen y saben para qué sirve el poder, varios de nuestros representantes políticos lo han utilizado para satisfacer sus vanidades y muy poco para liderar cambios que favorezcan a toda una comunidad ávida de desarrollo y soluciones efectivas al bienestar común.

Este mismo interrogante, en la actualidad, es necesario que se lo realicen científicos, políticos, organismos no gubernamentales, deportistas, docentes, artistas; en fin todo aquel que gracias a su poder adquirido por el rol en el que se desenvuelve puede interceder para que, por ejemplo, se tenga en cuenta a su comunidad, o viendo el caso de nuestro extinto escritor Gabriel García Márquez, que fue duramente cuestionado porque algunos consideraron que no utilizó sus influencias para generar desarrollo en su ciudad de nacimiento como lo es Aracataca, ya que el gobierno central no miraba hacia las necesidades de la tierra del escritor, y de pronto con un guiño de “Gabo” pues se encontrarían prontas soluciones.  

El poder ¿para qué?, pues para generar cordialidad, desarrollo, paz, consecución de leyes, bienestar para los pueblos y para hacer a un lado los obstáculos que impiden el crecimiento económico de nuestro país. Es la visión que debería encarnar toda aquella persona que pretende llegar a alcanzar una curul en el Congreso de la República, concejo, alcalde, diputado o desenvolverse en su profesión. Mostrar desde una representación significativa la puesta en práctica de su capacidad de  gestión saliéndose un poco del egocentrismo que en muchos casos quiere apoderarse de los pensamientos sanos y sinceros de los que quieren utilizar el poder para generar desarrollo y productividad en el ámbito en el que se ocupe.  

El poder de conmover masas, de liderar cambios en la orientación de jóvenes que desde los análisis de la cotidianidad se apropian de la razón de realizar un mejor proyecto de vida siempre y cuando se está yendo por el camino equivocado; hoy la capacidad del docente como guía y orientador debe estar más próxima a los medios de persuasión como modelo de su quehacer pedagógico en el cual redunde más la confianza y el afecto sin desconectarse del carácter primordial que impida que el joven abuse de la confianza y mal interprete la orientación del docente.

De todas formas un poder bien administrado en provecho de cambio, enfocado a complacer los afanes de desespero producto de un mal enfoque, es lo que a la final permitirá sociedades más justas; con políticos reales que interpreten la esencia del arte de la política, que proyecten con eficacia y no con improvisaciones que los hacen soñar con las riquezas a costa de las necesidades de toda una comunidad, con justicia social no morirán más niños por desnutrición, no existirían más comunidades consumiendo agua no potable, mermaría la abrumadora cantidad de atracos y fleteos, más atención a los dependientes de las drogas alucinógenas que por problemas de adicción acuden a ellas.

Pensemos el poder. El poder sirve para generar cambios reales y justos, lo mejor de todo es que los que manejan los hilos de la miseria se hacen los inocentes al momento de cuestionárseles en medio del manejo del poder.

 

Luis Alcides Aguilar P.

 

Sobre el autor

Luis Alcides Aguilar Pérez

Luis Alcides Aguilar Pérez

Buscando

Luis Alcides Aguilar Pérez (Chiriguaná- Cesar). Lic. En Ciencias Sociales de la Universidad del Magdalena. Docente de secundaria. Fiel enamorado del arte de escribir. Publicaciones: La Múcura de Parménides – Compendio de cuentos, poesías y reflexiones; Sueños de libertad – Cuentos, poemas y diez reflexiones; Chiriguaná. Historia y Cultura. Novela inédita “¡Y la culpa no es de Dios!”

@LuisAguilarPe

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Esperando siempre a papá Estado

Esperando siempre a papá Estado

  En mi columna de la semana anterior realicé una convocatoria pública a los artistas vallenatos de trayectoria, para que se uniera...

Editorial: Respaldemos el teatro del Cesar

Editorial: Respaldemos el teatro del Cesar

En los últimos años, los actores y teatreros de la Universidad Popular del Cesar se han convertido en uno de los mayores orgullos de ...

Llegó noviembre: hablemos de la No-violencia contra las mujeres

Llegó noviembre: hablemos de la No-violencia contra las mujeres

  Pasadas las elecciones territoriales en Colombia y el agite propio de dicho proceso, hoy hago un llamado a concentrar la reflexión...

La retrospectiva del pesimismo frente a la realidad

La retrospectiva del pesimismo frente a la realidad

Las reacciones que, desde hace mucho, empezaron en Europa con los chalecos amarrillos a manera de protestar por las extremas medidas ec...

Una ciudad para las letras y el arte

Una ciudad para las letras y el arte

El pasado domingo 27 concluyó la octava edición colombiana del Hay Festival Cartagena de Indias. Este evento, quizá el festival lite...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados