Opinión
Se crea un festival y se pierden amigos
La condición humana es compleja e indescifrable, permanentemente vivimos reclamando de los demás ponderación, equilibrio, equidad, ecuanimidad y, especialmente, imparcialidad cuando se trata de organizar o juzgar en una competencia.
En los festivales vallenatos que se crean para estimular a quienes hacen e interpretan esta musica ocurre un fenómeno curioso: muchos artistas y potenciales participantes se imaginan que si en la organización del festival se encuentran algunos amigos, eso les dará ventaja, lo mismo ocurre cuando se percatan de que conocidos o amigos integran la nómina del jurado calificador.
Quiero hoy compartir un par de anécdotas que me han ocurrido a lo largo de los años en esa afición de hacer festivales. La primera fue por allá a principios de los noventa, en mi pueblo natal La Loma de Potrerillo, cuando se nos ocurrió la idea de crear el Festival de Canciones Samuel Martínez.
Sabíamos que el principal propósito del festival era servir de vitrina e incentivar a los jóvenes del pueblo a seguirle los pasos al gran juglar Samuelito Martínez, pero también sabíamos que en ese momento no existían en el pueblo suficientes compositores e intérpretes como para sostener un festival, entonces el mayor número de participantes había que traerlos, y eso hicimos, reclutamos músicos en Valledupar.
El problema se dio ya que, como los invitábamos personalmente, estos pensaban que teníamos una especie de compromiso con ellos en otorgarle algún premio y, al parecer, daban por descontado y seguro que con algo de platica regresarían al Valle. Al finalizar el Festival unos ganaron y otros perdieron, como es lógico este último grupo siempre es mayor, lo triste de todo esto es que muchos de estos amigos duraron meses y hasta años para volvernos a hablar, pues quedaron muy resentidos.
Después de 25 años aún persistimos en organizar este tipo de eventos y el mes pasado realizamos en Bogotá la segunda versión del Festival Vallenato Corazón Caribe, desde cuando iniciamos la promoción un compositor viejo amigo, rescató mi teléfono y me llamaba casi a diario para felicitarme por tan maravillosa idea, me causó gran alegría que gracias al festival había rescatado a un amigo y hasta me contó las ganas que tenía de concursar en canción inédita, lo que me agradó y celebré.
Todo era color de rosa con ese amigo hasta cuando se dieron los resultados finales y su canción no quedó entre las ganadoras, así se perdió la amistad, el respeto y la consideración y nacieron las diatribas y ofensas por redes sociales, parece que por culpa del Festival rescaté a ese amigo pero solo por unos días. ¡Qué triste!
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar

Re-humanizar el centro de la ciudad
Mucha agua ha pasado, bajo los puentes, desde el feliz momento en que el querido y recordado compositor, cantante y narrador, Rafael ...

El Museo del Acordeón es un lugar excepcional
El acordeón es un instrumento musical cuyos primeros vestigios se conocieron en China; y que más adelante fue patentado en Austria po...

El eco de la nostalgia
Mientras la tarde reinaba, el sol iba escabulléndose por entre los matorrales, la sonrisa tierna de la brisa retozaba sin parar co...

El sambenito de Gabo contra Laureano Gómez
García Márquez, quien ha sido mi escritor predilecto y auténtico filósofo de cabecera, hace parte de la inmensa lista de colombiano...

La procesión del Cristo del Ubérrimo
Desde su concepción más original, la democracia es un sistema político que incentiva al pueblo a participar en la toma de deci...