Opinión

Hablemos de sexo

Carolina Vásquez Araya

05/01/2016 - 07:00

 

Hablemos de sexo

 

Hablemos de ese tema oscuro y prohibido que condiciona la vida de los pueblos…

Lo primero que aprende una niña es que de “eso” no se habla. Lo prohíbe la religión, lo prohíben las buenas costumbres, lo prohíbe el patriarcado… porque hablar de sexo no es de gente decente. Si bien le va, quizá no experimente por la fuerza que eso (de lo que no se habla), es una de las formas más violentas de agresión y dominio contra su género.

En países dominados por las instituciones religiosas –como los nuestros- en los cuales no se aprueba una ley sin el filtro de la doctrina, el sexo es una mala palabra y una idea perversa impulsada por instintos demoníacos. Como mejor ejemplo del concepto se ha escogido como símbolo el cuerpo femenino, señalado de ser el súmmum de tentaciones y vicios, la sede misma de la perdición del alma. De allí nace una serie de estereotipos cuyo objetivo es ocultar la verdadera naturaleza de la sexualidad humana y transformarla en un instrumento de control social.

El efecto de esta manipulación ha derivado en una satanización de la vida sexual. Incluso adultos supuestamente libres, independientes y responsables llevan implícitos en su comportamiento los efectos de una educación totalmente distorsionada sobre el tema, la cual se une indisolublemente con la idea de la inferioridad de la mujer estampada en textos sagrados y, por lo tanto, supuestamente indiscutible.

Las agresiones sexuales –y la violación como su expresión de mayor impacto- derivan de esa visión como una forma de someter y humillar. Se practica en el entorno bélico, se perpetra en el hogar, la escuela, la calle, los recintos religiosos y todo lugar en donde supuestamente existe un entorno de seguridad y protección. Es un ataque artero contra la integridad física y emocional de niñas (mujeres en ciernes), niños, adolescentes y adultas, siendo esta especie de karma inevitable la amenaza más real en la vida de toda mujer, como una maldición implícita en su sexo y un temor del cual no se librará jamás.

Por eso resulta incomprensible la resistencia de los sectores políticos a desafiar a quienes se oponen, por razones ajenas al bien común, a establecer como norma obligatoria la educación sobre sexualidad desde la edad más temprana. Educar para vivir en paz, respetar el cuerpo ajeno y el propio, comprender la trascendencia de esta función natural de la vida y tener acceso a los recursos para controlarla, es obligación del Estado con total independencia de credos e ideologías.

Educar y prevenir son herramientas poderosas para comenzar a restañar las heridas provocadas por siglos de prejuicios, ideas erróneas, abuso de mandatos emanados por doctrinas de fe y el imperio de reglas creadas por un sistema patriarcal discriminatorio y cruel. La sociedad debe sacudir sus telarañas de prejuicios y aceptar la realidad: sin educarción ni prevención en sexualidad jamás se podrá brindar un entorno de seguridad y oportunidades a millones de niñas y adolescentes cuyo sexo constituye más una amenaza que una bendición.

 

Carolina Vásquez Araya

elquintopatio@gmail.com

Sobre el autor

Carolina Vásquez Araya

Carolina Vásquez Araya

El Quinto Patio

Periodista chilena radicada en Guatemala, columnista del diario Prensa Libre y de otras publicaciones latinoamericanas. Su columna es una ventana internacional para entender los grandes retos de los países del sur.

@carvasar

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Para quienes les gusta el queso

Para quienes les gusta el queso

  Lo que voy a contar no es producto de mi inventiva, ni mucho menos lo hago con el propósito de desmeritar a un producto que hemos ...

Del respeto a la dignidad

Del respeto a la dignidad

“La dignidad está dispuesta por encima de toda cotización y no admite negociación mientras las cosas tienen precio, las personas...

Mizar, tras tus pasos

Mizar, tras tus pasos

Tristes, pero sin desesperanzas, culminó en nuestro ánimo el sensible homenaje a Luis Mizar Maestre (qepd), el poeta mayor del terr...

Editorial: El río Magdalena como eje para el desarrollo

Editorial: El río Magdalena como eje para el desarrollo

Los ríos son una vía de progreso que no hay que ignorar. Son corredores de fácil acceso que permiten el desplazamiento de mercanc...

Editorial: El valor de un taller artístico o literario

Editorial: El valor de un taller artístico o literario

Detrás de todo arte existe un componente técnico, creativo y social. Es cierto que la destreza de un artista o de un escritor se mide...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados