Opinión
Reeducación socio-política en el postconflcto
“Volamos Como los pájaros, nadamos como los peces, pero no sabemos convivir como hermanos”
La expectativa en que los acuerdos sean proclamados desde una plataforma clara, necesaria y eficaz para transitar por momentos y días de acondicionamiento, análisis y conocimiento mutuo, sin que el terrorismo pretenda enseñorearse sobre un período natural de paz inalterable, real y perdurable, es factor determinante para instituir la “Etapa de posconflicto”, como el periodo circunstancial que hace posible el desarrollo dinámico de múltiples procesos socio-jurídicos, incluso para reclamar protección y reparación de los daños sufridos por las víctimas.
Es de obligada temática en el desarrollo de cualquier política de Estado o propuesta social, plantear antes de iniciar con elementos intervinientes, si la misma sociedad que actúa discriminatoria y excluyentemente, podría acoger a quienes ha discriminado y excluido por pretextos preñados de desigualdad, violencia, desplazamiento y hasta por la acción desfavorable de desastres naturales o ambientales.
Se espera que el beneplácito social como fenómeno de aceptación, perdón y tolerancia con los actores estigmatizados, aquí llamados “desmovilizados”, contribuyan cualificadamente a la disminución de los índices de delincuencia atribuidos seguidamente por su conexión y aseguramiento a la legalidad coordinada con la colectividad.
En últimas, son los ciudadanos de a pie, los que tendrán que interactuar con el Estado y los nuevos reinsertados desde ésta nueva perspectiva social y política, superando el miedo, la falta de pertenencia y la indiferencia. Los ciudadanos deben razonar sobre la importancia de un concertado y bien intencionado proceso de reeducación, capaz de dejar atrás los paradigmas y estereotipos implantados desde antes del conflicto, durante el desarrollo del esquema “Estado vs subversión” y últimamente con el yuxtapuesto delito de narcotráfico y conexos; para que la nueva sociedad marche en su desarrollo dinámico, sin abandonar los principios constitucionales del respeto a la dignidad humana, la solidaridad y la prevalencia del interés general.
Es el fenómeno de la reeducación, un proceso terapéutico aplicado en forma general a la ciudadanía con el componente de implementación simultánea a los “desmovilizados” y que objetivamente serian los educandos de primera instancia, comprometidos con la asimilación de nuevas reglas de vida indispensables para asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.
Muchas premisas de tipo moral o ético podrían mencionarse aquí, y referir a profusos estudios sociológicos que teorizan sobre la conducta humana y los elementos para armonizar la vida en sociedad, pero en la realidad colombiana se trata de objetivar esa integración que se está dando entre los considerados irreverentes sociales que pueden producir daño y que ahora, frente al inerme ciudadano pretenden no inspirar ese sentimiento que emergía desde lo más recóndito, con discordantes emociones de rabia, odio e impotencia activados por sus connotaciones terroristas, de secuestro, extorsión o amedrentamiento.
Esa percepción soterrada se ha pretendido reparar didáctica y sicológicamente ajustándola a la creación de una imagen favorable, competitiva con el perfil social de los individuos que conforman la participación democrática del Estado y una programación socio-métrica para implementar la anunciada “pedagogía de la paz” con tolerancia hacia el nuevo sistema nacido de ésta realidad, que conlleva a modificatorios cambios sociales, legislativos, judiciales.
Aparte de considerar la necesidad de actuaciones naturales y mecánicas en el programa de reeducación, a modo tal como actividades físicas, deportivas, competencias de integración, conferencias y demás proyecciones postuladas desde diferentes ámbitos visionarios por veedores y críticos del proceso a través de programas y proyectos armados por entidades gubernamentales, ONG´s, Fundaciones y Corporaciones, de carácter civil y privado, contributivas con aportes educativos, culturales, disciplinarios, didácticos y pedagógicos, aun con la participación directa de los mismos actores y negociadores de los acuerdos en su afán de socializar con la población y adeptos sus propias decisiones e injerencias, implica que la sociedad desmantele ciertos hábitos ya marcados en la vida de la nación para principiar por aceptar uno de los mayores desafíos a la conducta humana, cuyo atributo es desconocido para muchos y para otros, ha sido quisquilloso de aplicación por más de 50 años de conflicto interno: el perdón, el valor moral o elemento de invaluable consideración que merece toda la atención y su inclusión como prototipo del principio de dignidad y respeto del ser humano.
Alfonso Suárez Arias
Sobre el autor
Alfonso Suárez Arias
Aguijón social
Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.
0 Comentarios
Le puede interesar
El importador de urea egipcia
Nuestra región, la antigua provincia de Padilla, es un conglomerado con actividad socio-económica definida, tendiente tradicional...
En modo avión
El titulo de esta columna jamás cruzó la mente de un compositor vallenato como Rafael Escalona o Leandro Diaz, por obvias razones...
Alza injustificada de las tarifas de luz eléctrica en el Cesar: un abuso contra el pueblo
El alza injustificada y arbitraria de las tarifas en el Cesar, por parte de la empresa Afinia, se ha convertido en un problema y dr...
Lo que tú querías, es para todos los gustos
Me he tomado mi tiempo para escuchar el más reciente trabajo de Peter Manjarrés y Juan Mario de la Espriella, titulado “Lo qu...
Los derechos fundamentales en Colombia
El 4 de Julio de 1991, cuando el presidente Cesar Gaviria Trujillo firmó la promulgación de la nueva constitución política de Colom...