Opinión

Cuerpos, amor y salvación

Fabrina Acosta Contreras

16/12/2016 - 07:00

 

Es importante tener como punto de partida la siguiente reflexión; que tiene que ver con la realidad cultural y simbólica de los diferentes territorios que marcan algunas conductas para hombres o para mujeres, lo cual, incluye características desiguales que limitan a uno u otra respectivamente; esto se observa en muchos ámbitos, un ejemplo a citar es la influencia androcéntrica o patriarcal de las disciplinas como filosofía, derecho o psicología, con limitada influencia femenina.

Acciones Salvadoras

De esta manera, se considera que los hombres deberían tener el reto de aprender a vivir con las mujeres y no sobre las mujeres; deberían ser entrenados en la administración de las imponentes cargas machistas, de modo que puedan convivir (igualitariamente) con las mujeres.

Esto por cierto, constituiría una conducta contracultural (pero posible), puesto que la sociedad suele encargarse desde antes de que los hombres vean la luz fuera del útero materno, de señalarles lo contrario. Las sociedades siguen posicionando su discurso de superioridad de los hombres sobre las mujeres. Se logran avances, pero siempre quedan cepas que se resisten a desaparecer y reproducen una vez más lo que se pretende que quede en la historia. Como refiere Lamas, M[1]. : “Todas las sociedades clasifican qué es “lo propio” de las mujeres y “lo propio” de los hombres,  y desde esas ideas culturales se establecen  las obligaciones sociales de cada sexo, con una serie de prohibiciones simbólicas”.

Cuerpos: vividos desde la libertad

Esto conlleva entonces, a pensar y vivir el cuerpo desde la naturaleza digna de los seres humanos, algo así, como rehumanizarse para que esto sea su principal defensa contra cualquier tipo de violencia por silenciosa o estruendosa que sea; es decir, ejercer la visión del cuerpo cuidado, amado, respetado y libertado.

En este sentido, si los hombres necesitan reinventarse; las mujeres deben ser también reeducadas y borrar de su imaginario las ideas que les dicen que ser mujer conlleva al sometimiento a lo masculino.

Por ejemplo “las madres que le dicen a su hija que debe aprender a cocinar para “atender” bien a su esposo cuando sea mayor”; acaso ¿No han escuchado a una mujer entonar una canción que rítmicamente nos dice que podemos ser asesinadas por amor y aun así la siguen bailando y replicando?

La perspectiva de género hace falta en diferentes manifestaciones influyentes en las conductas humanas, como el humor, la música, la novela o el texto de historia, muchas de las cuales, albergan ideas que niegan el valor de las mujeres, su dignidad y sus protagonismos. En boca de un humorista, una violación se ve graciosa y nadie deja de reírse; incluso la mayoría de las mujeres también celebran la ocurrencia.

El cuerpo entendido más allá de lo físico

En el análisis sobre el cuerpo es importante hacer referencia a los conceptos trabajados por Francoise Dolto sobre imagen “inconsciente del cuerpo” y “esquema corporal”. La autora define que “El esquema corporal especifica al individuo en cuanto representante de la especie: es, en principio, el mismo para todos. La imagen del cuerpo, en cambio, es propia de cada uno: está ligada al sujeto y a su historia”.

De este modo, las transformaciones necesarias al cuerpo y sus simbolismos corresponde a enfrentar las desigualdades que históricamente han marcado la vida de hombres y mujeres; la mujer es la cultura occidental es sometida por diferentes modelos de exigencias estéticas, moralismos y conductas que tienen que limitan su libertad, por lo cual, existe una nueva cultura de la mujer consciente de su dignidad y el ejercicio de esta misma, pues más allá de los modelos represivos se resignifica como humana y como cuerpo pensante y libre; sin resignarse a ser un artefacto (manipulable) del patriarcado.

La salvación es subjetiva, no impuesta: #Amaresurgente

El cambio de mentalidad colectiva depende de la actitud individual de quienes conforman una colectividad. Es convertir el lenguaje en un cuerpo universal cargado de simbolismos de igualdad, equidad y dignidad humana; lo que se ha llamado salvación se sintetiza en permitir-nos AMAR, sentir, expresar, crear, conmover y explorar los sentimientos con libertad; es hora de convertir la violencia en un concepto de última categoría y comenzar a otorgarle absoluto protagonismo a su contracultura: el amor, los derechos garantizados, el arte, la hermandad, el respeto por las diferencias y la capacidad de perdonar; y todo ello no ocurre por arte de magia, ni siguiendo formulas; ocurrirá en el momento que nos permitamos AMAR-nos y AMAR.

 

Fabrina Acosta Contreras

@Facostac



[1] Ensayo “El Género es cultura”

Sobre el autor

Fabrina Acosta Contreras

Fabrina Acosta Contreras

Evas&Adanes

Nieta de Rita Contreras, leyenda viva de 109 años. Escritora e investigadora Guajira, psicóloga, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones y Especialista en Alta Gerencia. Creadora de la Asociación “Evas&Adanes” desde la cual lidera diversas iniciativas ciudadanas como los foros “La Mujer en el vallenato”, “Tejiendo esperanzas por la Guajira”, el programa radial Evas&Adanes, entre otras. 

Ha recibido reconocimientos por la causa que lidera tales como: Joven sobresaliente de Colombia TOYP 2018 (JCI Colombia), máxima distinción del departamento de La Guajira medalla Luis Antonio Robles, personaje diez en el departamento de Amazonas, medalla a Mujer extraordinaria con proyección social otorgada por la Asociación de Mujeres de la Guajira. 

Ha sido columnista por más de 10 años de varios medios puntualizando temas de género y derechos de las mujeres, así como las causas por la guajira. Es autora de los libros Mujer Sin Receta: Sin Contraindicaciones para hombresEvas culpables, Adanes inocentes”, “De esas costumbres que hay en mi tierra: una mirada a los imaginarios sociales de la violencia de género”, “Mujeres sin receta: Más allá de los mitos”.

 

@Facostac

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