Opinión

Economía Naranja: la creatividad como salida a la crisis

Alfonso Suárez Arias

10/01/2019 - 06:05

 

Economía Naranja: la creatividad como salida a la crisis

“Exprimir al máximo la naranja y extraer su jugo, que sin dudarlo, nos dará desarrollo y progreso social”.

En ese ejercicio del pensamiento libre aquel ciudadano de a pie, se propone por ver cómo se desarrollaría la propuesta de la economía naranja, la que implantaría “el que dijo Uribe”, desde el solio de Bolívar una vez posesionado. No se quedó solo en la ilustración de la fantástica fábula, sino que la observó reflejada en una historieta con final feliz presentada al auditorio como apología al ingenio y manejo recursivo de la sociedad, narrando la historia de Marley —la prostituta— de cierto pueblo, donde los habitantes tuvieron que recurrir a créditos y empréstitos de bienes y servicios “entre sí mismos”, para sortear la agobiante crisis económica, que recaía desde esos tiempos aciagos de Santos, amanecida del saqueo corrupto y por regalar beneficios a los cesionarios manirrotos, ahora apropiados de grandes y verdes ejidos, amparados como zonas veredales de integración.

Cualquier día lluvioso, se apareció en el único y mejor hotel establecido en el poblado, un —personaje— con señales de portar una buena cantidad de dinero.  Un protagonista extravagante y fachoso, cual narcotraficante, que solícitamente pide —al hotelero— el consentimiento, para ojear las cómodas habitaciones e instalaciones pictóricamente anunciadas, en las vetustas vallas promotoras, a la entrada de la pequeña ciudad, y así decidir, sí se hospeda por unos días. Tal vez haya sido “Otoniel”, el jefe criminal del “Clan del golfo”, una de las más peligrosas bandas de narcotraficantes socias del “cartel de Sinaloa”. Lo cierto es que el fachoso coloca sobre el mostrador un billete de 100mil, de los que pocos han visto y tienen los tres ceros y la cara del expresidente Carlos Lleras, apodado “remache” o “el enano”, que encerró en sus casas a los ciudadanos macondianos, a las seis de aquella tarde electoral del 19 de abril de 1970, mientras se configuraban los resultados de la elección de Misael Pastrana y la derrota del general Rojas Pinilla—.

El visitante marchó a su recorrido. El hotelero, eufórico y boquiabierto, toma el billete y trota diligente hasta el negocio de El carnicero para acreditárselos, a “la cuenta del abasto”. Presuroso, el matarife le lleva el dinero al ganadero, “cebador de novillos y cerdos”, quien se adelanta a reembolsarlo; al molinero: “proveedor de alimentos para animales”. Éste último, se concreta con prontitud a buscar a Marley, la prostituta, quien “le ha proporcionado sus servicios en tiempos de crisis” y salda la cuenta, aunque un poco tarde pero cumplido con el dicho: “—polvo echado polvo pagado—”.

Con billete en mano, ligera de ropas sobre una braga de color bergamota y con la sensualidad propia que le acompaña, la meretriz se enfila al hotel y amortiza el saldo débito, resultante de ratos y amanecidas con sus clientes, y que últimamente no había podido finiquitar. Así que el hotelero toma el billete, y sanea la deuda de la prostituta, justamente cuando aparece El personaje de marras, quien manifiesta no estar convencido de las bondades hoteleras, y resuelve no hospedarse, rescatando del mostrador —el billete de 100mil— depositado inicialmente. 

En el pueblo, tomaron consciencia de los apretones monetarios y de la incertidumbre del mañana. A pesar de eso, siguen siendo optimistas del futuro económico y creen tener las herramientas para alcanzar los objetivos pecuniarios a largo plazo. Si bien, ninguno se quedó con el dinero del “mafioso”, lograron sanear sus deudas internas y ahora todos conviven de momento sin acreencias, pero quedó en claro que ¡hay más confianza financiera! Todo, por la ofrendada participación de las particularidades y habilidades de heroínas como Marley —la prostituta—, con sus sensuales ropajes de color naranja y el lavado de fortunas ilegales, con el soterrado visto bueno de las autoridades, que le salen al paso, a las crisis económicas.

 

Alfonso Suárez Arias

@SuarezAlfonso

Sobre el autor

Alfonso Suárez Arias

Alfonso Suárez Arias

Aguijón social

Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.

@SUAREZALFONSO

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Rosita entre las flores más bonitas

Rosita entre las flores más bonitas

  Valledupar, en especial la del corazón, ésa que se levanta en su centro a través de calles que imitan el damero español y que...

El Coronavirus y el vallenato

El Coronavirus y el vallenato

  Estoy totalmente convencido que muy pocos, o tal vez ninguno de nosotros, llegó a pensar que viviríamos una pandemia como la que ...

Valledupar y Riohacha no están en competencia

Valledupar y Riohacha no están en competencia

En Bogotá me relaciono a diario con gente del Cesar y la Guajira. Es más, creo que mis amigos cercanos se reparten en un cincuenta-...

Sapiencia popular en el vallenato

Sapiencia popular en el vallenato

  Tengo en mis manos, como pan recién salido del horno, una obra literaria de muchos quilates, escrita por un paisano y Maestro en...

La paz a plumazos

La paz a plumazos

  En Colombia, nos estamos acostumbrando a conjurar los distintos problemas que aquejan a la nación con tan solo un plumazo desde lo...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados