Opinión
Si yo fuera el alcalde
El próximo domingo 27 de octubre se definirá la suerte para los próximos cuatro años de nuestros entes territoriales, porque se elegirán las personas que tendrán la responsabilidad de trazar y ejecutar las políticas públicas en los departamentos, municipios y distritos del país. Para nuestra música vallenata es muy importante conocer el componente de cultura que tienen los planes de gobierno de nuestros futuros gobernantes locales.
En el rescate y la salvaguardia de nuestro folclor juegan un papel muy importante las autoridades municipales y distritales, son ellas quienes tienen los recursos y el poder para encaminar los planes, programas y proyectos para la verdadera protección del patrimonio cultural de la nación, tal y como lo ordena nuestra constitución política.
Como mi vida ha girado alrededor de tres conglomerados sociales bien definidos, que son El Paso (Cesar), municipio donde nací; Valledupar, ciudad donde viví gran parte de mi infancia y adolescencia, y Bogotá, capital donde eché raíces y he permanecido la mayor parte de mis años, voy a realizar un ejercicio relacionado con la música vallenata si yo llegara a ser electo alcalde de alguno de estos entes territoriales.
Si yo fuera alcalde de Bogotá, y teniendo en cuenta que ésta es la ciudad de todos los colombianos, crearía el programa Vallenato al Parque, ya que no hay razón para que exista este sistema de eventos con otros géneros como el rock, la salsa, el hip hop y la ópera, mientras que la música que por casi un siglo ha sido la más escuchada en Colombia, sea discriminada en Bogotá. También crearía el Centro Cultural del Artista, un edificio en el cual puedan ofrecer de manera digna sus servicios artísticos los miles de músicos, entre ellos muchos vallenatos, que aguantan frio y lluvia en algunas calles de la ciudad, especialmente en el sector de Chapinero conocido como ‘La Playa’.
Si yo fuera alcalde de Valledupar trabajaría de la mano con la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para que el Festival Vallenato fuera, sin duda alguna, el mejor evento folclórico del mundo, donde el turista y visitante recibiría el mejor de los tratos, los comerciantes y taxistas no abusarían, y mucho menos, estafarían a quienes van al Valle por nuestra música. También crearía el Centro Cultural del Vallenato para que los artistas locales presten sus servicios 24-7, y nadie que visite la ciudad se devuelva sin escuchar el vallenato auténtico en vivo.
Si yo fuera alcalde de El Paso, no me gastaría los recursos del municipio pagándole millonarias sumas a artistas famosos para emborrachar a la gente en los parques de La Loma y El Paso, más bien, fortalecería los concursos de los dos festivales que tiene el municipio, e impulsaría a los artistas de la región contratándolos y promoviendo sus carreras. Tampoco cambiaría saludos de los artistas vallenatos por contratos, pero sí fortalecería las escuelas de música del municipio, entre tantas cosas buenas que me gustaría hacer por mi pueblo, tenga o no la dignidad de mandatario.
Colofón: Lo más triste es que en los próximos cuatro años ninguno de estos deseos se podrá cumplir, porque yo no seré alcalde de El Paso, ni de Valledupar, y mucho menos, de Bogotá.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
Editorial: La ciudad resiliente, el gran objetivo
El Día Mundial del medio ambiente nos permitió “reabrir” los ojos y apreciar la naturaleza que nos rodea, entender que la g...
La parábola del esmoquin
Una de las prendas masculinas que siempre me ha llamado la atención desde que comencé a presenciar espectáculos televisivos, rei...
La Olla está que se prende
Cuando llega abril, o mejor cuando se despide, las cosas en el Cesar, son diferentes. Una especie de alegría casi mágica, nos llena...
El falo de la censura
En julio de 1995, el artista le pidió personalmente al director un permiso para presentar algunas de sus obras en la sala de exp...
Jesús Sixto Rodríguez
Con justicia se preguntarán quién es él. Sólo podría decirle que es un desconocido por decisión propia. Hijo de inmigrantes mexi...