Opinión
Silvestre y su concierto fuera de serie
Que se la pasa saltando, que habla más que lo que canta, que ya no canta vallenato, que parece un reguetonero, y un sinnúmero de quejas más tienen los opositores y malquerientes de Silvestre Dangond, cuando sale un trabajo musical o cuando ven algunos de sus conciertos, como el concierto virtual que se realizó el pasado sábado en la ciudad de Valledupar.
La música vallenata es otra de las actividades que, en este año de confinamiento, le tocó reinventarse, y, sin duda, que el nacimiento de los conciertos, serenatas y parrandas virtuales es la gran novedad del país vallenato pospandemia.
El sábado 21 de noviembre de 2020 se realizó en Colombia el papá de los conciertos virtuales que, hasta la fecha, se han hecho, y fue, precisamente, el de Silvestre Dangond. Mientras otros artistas vallenatos han tomado este tipo de conciertos como actividad de rebusque y hacen uno cada dos meses, Silvestre no se desgastó y esperó para montar uno que lo ratifica como el artista más importante del Caribe Colombiano por esta época.
Como al árbol que echa más frutos es al que le tiran piedras, se decía que era una locura el invento de emplear al Balneario Hurtado como locación y que el río Guatapurí se iba a resentir, que el concierto se convertiría en presencial, porque la gente violaría las medidas de seguridad y que el riesgo era inminente, que el Alcalde pagaría los platos rotos por otorgar el permiso, en fin, le auguraban desastre y fracaso, lo cual quedó totalmente desvirtuado.
Silvestre ya nos tiene acostumbrado a callarles la boca a sus detractores y lo que hizo el sábado no fue distinto, los precios de los tickets bien diferente a los anteriores, el aforo inmensamente superior, el escenario al aire libre demostró que aún en pandemia se puede innovar, el espectáculo, el derroche de energía y de talento, el tiempo y la calidad del concierto y en general la puesta en escena, dejó boquiabierto a propios y extraños, inclusive de otros géneros musicales que se consideran en otro nivel.
Me cuentan que la economía en Valledupar se sacudió con este concierto, los taxistas dicen que mejoró el producido ese día y muchos negocios compraron su ticket para retransmitir en pantalla gigante y lógicamente también mejoraron sus ventas, otra modalidad de piratería; en general, Silvestre y su equipo de trabajo enseña y es punta de lanza de los músicos colombianos. Cuando quiere, canta el vallenato raizal como nadie. Sus detractores le critican el hecho que se vista como un artista, que se quiera parecer a Carlos Vives y tantas cosas más, y esto no hace sino corroborar que Silvestre lleva rato en un nivel más alto que los demás.
Colofón: El pueblo colombiano demostró el fin de semana pasado que la muerte trágica en otro accidente de tránsito de uno de los más grandes y además uno de los más prolíficos compositores vallenatos Romualdo Brito López, le dolió mucho y lo registró como una irreparable pérdida para la música nacional, pero además inmortalizó al “indio Guajiro que supo defender a su patria”. Fue una despedida como se merecía mi gran amigo y hermano ‘ROBRILO’, sólo me despido como dicen los guajiros: “Allá nos vemos, primo”.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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