Opinión

Entre la espada y la pared: Colombia ante el cambio climático

Aunque algunos pocos escépticos quieran negar los devastadores efectos del cambio climático, el impacto es perceptible por la gente del común: fuertes sequias, huracanes, deslizamientos a causa de las fuertes lluvias, en general, tenemos el panorama de un planeta enfermo.

Las prolongadas sequias y las fuertes lluvias que se extienden más allá de las temporadas habitualmente conocidas, nos desconciertan todos y sobre todo los campesinos, quienes acostumbrados a cosechar guiados por las fases de la luna les cuesta aceptar que todo esta cambiando, en especial el clima de nuestro planeta.

El clamor por reducir el consumo de combustibles fósiles (Carbo-Petróleo), ha estado a la orden del día en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, la COP27, que se celebra en la ciudad egipcia Sharm el- sheij en los días 6 al 18 de noviembre del 2022.

Latinoamérica produce un 4.4 % de la contaminación mundial, sin embargo, los efectos del cambio climático en la región han afectado la producción de alimentos y la provocación de desastres naturales con pérdidas incalculables y la destrucción de viviendas como ocurre en varias poblaciones colombiana, en especial el municipio de Piojo en el atlántico, donde la ola invernal destruyo más de 50 viviendas.

El departamento del Cesar ha sido una de las zonas del país golpeadas con gran ímpetu por esta fuerte ola invernal. En las noches del 22 y 23 de octubre del presente año, por ejemplo, las fuertes lluvias cobraron la vida de un menor de edad y afectaron a más de 4500 viviendas y sus enseres que quedaron inservibles. Es decir que estamos frente a un invierno que arrastra todo el patrimonio conseguido con muchos años de esfuerzos y trabajo por las familias colombianas.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su discurso ante los mandatarios presentes en la COP27, propuso un decálogo para enfrentar la crisis climática. Petro aseguró que las cumbres climáticas ya no dan y el tiempo se agotó.

En ese decálogo insta a los gobiernos globales a poner la política al mando para generar el plan global de desconexión de los hidrocarburos de manera inmediata, aseguró el mandatario colombiano “que es la hora de la humanidad y no de los mercados”.

No hay duda sobre lo que afirma el presidente de Colombia -en la necesidad de librar la humanidad de los combustibles fósiles que son culpables en gran medida de la crisis climática-, pero la gran pregunta es cómo debe avanzar el país para establecer la alternancia de las energías limpias y la recaudación de impuestos para los programas sociales sin tener que acudir a grandes reformas tributarias.

Este dato es muy interesante ya que en los primeros 7 meses del año 2022 las exportaciones de combustibles y productos de la industria extractiva aumentaron un 98.8%, frente al mismo periodo del 2021, sumando la indespreciable cifra de US$ 19.742, millones.

En concreto, las ventas de petróleo destacaron un repunte de 71.3%, las de carbón 188.9%, y los ambiciosos programas sociales del gobierno requieren de recursos para su desarrollo. Contar con la financiación de los países desarrollados causantes del grave deterioro ambiental en las economías tercermundistas es un grito notable. Los US$ 100.000 millones dispuestos por las naciones ricas son insuficientes ante la compensación que piden los países pobres por un daño que se estima que desde el 2000 al 2020 asciende a los US$ 500.000 millones.

Las noticias de la industria petrolera local -Ecopetrol- son agridulces. Este año el sector obtuvo ganancias históricas por el orden de los 26.5 billones, superior a lo que se puede recaudar con la tributaria, pero la compañía colombiana de petróleo Ecopetrol anunció la suspensión de sus proyectos pilotos de fracturación hidráulica (Fracking), decisiones que ponen entre la espada y la pared al gobierno de Gustavo Petro.  

Cerraría con un versículo bíblico que se ajusta a esta realidad mundial

“¿De que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?”, Marcos 8:36-37.

Nerio Luis Mejía