Opinión

Amores no correspondidos

Nuestra idiosincrasia colombiana es única en el mundo, aquí hemos aprendido a cantarle y escribirle a las tragedias. Todas esas situaciones que vivimos en nuestro cálido suelito cafetero, le sirvieron a nuestro nobel de literatura, Gabriel García Márquez, como fuente de inspiración y las recreó a través de lo que se conoce como el realismo mágico.

Aquí, hasta la muerte tiene su propio baile, como la popular y conocida danza del garabato que se presenta todos los años en el carnaval de barranquilla, que representa la lucha entre la vida y la muerte.

Creo que todos hemos tenido esos amores imposibles, o los amores platónicos a los que nos referimos de manera poética, ante esas estocadas de los sentimientos que nos ocasionan tanto dolor en nuestras vidas a la hora de no ser correspondidos.

Esto lo asemejo con la decisión tomada por el presidente de la república, Gustavo Petro Urrego, el pasado domingo 19 de marzo, cuando, anunciaba al país la suspensión del cese al fuego con el clan del Golfo, llamando a las fuerzas militares a la reactivación de sus operaciones militares en contra de esta agrupación criminal.

¿Uno se pregunta de que cese bilateral al fuego se habla? Aquí los que guardaron fidelidad a su palabra, fueron las fuerzas militares, que cesaron operaciones en contra de cuatro estructuras armadas, para, sin ninguna clase de mecanismos o protocolos, iniciar conversaciones.

Era de esperarse que, antes de cumplirse los 180 días, después de la promulgación del decreto 2657 de 31 de diciembre del 2022, esto se iba a romper.

Parecido a la historia del florero de Llorente, el presidente de la república justifica su decisión por un acto hostil, que sufrieron miembros de la policía nacional a manos de integrantes del Clan del golfo. Ya la situación venia cocinándose con el hervidero de las manifestaciones en el Bajo Cauca y paro minero que ha generado alteraciones de orden público, como la quema de ambulancias, atentados en contra del sistema de acueducto de taraza y la incineración de vehículos tanto de carga como de pasajeros.

El hostigamiento a una patrulla policial con disparos de fusil no es un hecho minúsculo en un país en donde el gobierno se ha propuesto lograr la paz total, pero existen otros sucesos de mayores dimensiones que preocupan a los colombianos, como los ocurridos el pasado 02 de marzo de 2023 en los pozos Caquetá, donde una multitud de manifestantes pertenecientes a una guardia campesina, se tomó y destruyó las instalación de la compañía de petróleo Emerald Energy,  causando la muerte de un miembro del escuadrón antidisturbios de la policía nacional y un manifestante, la retención de 78 agentes del ESMAD junto a 6 empleados de esa misma compañía petrolera.

La exigencia por parte de los manifestantes caqueteños, consignadas en un pliego de peticiones dirigido al gobierno nacional, en el cual se pedía la garantía de no judicialización a los responsables de la protesta y cambiar la configuración de la conducta delictiva de secuestro por cerco humanitario, generó un fuerte debate de opinión en la sociedad colombiana.

Los enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y miembros de la fuerzas militares en varias regiones del país, que han cobrado la vida de miembros de la fuerza pública, el asesinato en contra de nuestra dirigencia social, comunal, cultural, población firmante del acuerdo de paz, atentados sicariales como los registrados en las ultimas horas en la ciudad de barranquilla, que dejaron hasta el momento el saldo de05 personas muertas y 14 heridas, son el desolador panorama de unos amores no correspondidos entre el gobierno de Gustavo Petro y los grupos armados en el país, en la consecución de la paz total.

Nerio Luis Mejía