Tecnología

Whatsapp, la aplicación que rompe parejas

Juan Augusto López

12/11/2013 - 10:20

 

Ciertas aplicaciones favorecen la comunicación, pero también rompen parejas y generan incertidumbre.

Es el caso de Whatsapp, una herramienta nacida en plena era de comunicaciones instantáneas y que puede llevarse el premio por ser una de las más destructoras.

No son conclusiones adelantadas sin argumentos, todo lo contrario. El diario Cyber Psychology ha realizado un estudio de enormes dimensiones donde explican que 28 millones de parejas se han separado por culpa de Whatsapp y Facebook.

Esta elevada cifra tiene su explicación en un estudio titulado “síndrome del doble check” y la última conexión. Términos que van íntimamente ligados con las opciones y configuraciones que ofrecen cada una de estas aplicaciones.

Además de mostrar el momento en que se recibe y envía un mensaje, Whatsapp tiene otra función que muchos usuarios usan para comprobar si el mensaje enviado ha sido revisado (o leído integralmente). Este último punto es el que hace, justamente, estremecer muchas parejas.

El doble check es un pequeño “visto bueno” que aparece cada vez que se envía un mensaje a través de Whatsapp. Éste se hace doble cuando el mensaje es recibido correctamente por el dispositivo. El problema surge cuando los usuarios piensan que ese segundo visto bueno significa que el destinatario ha leído el mensaje, algo que fue desmentido por los dueños de la compañía.

Por eso, se inician con frecuencia discusiones donde el recelo y la desconfianza predominan. Algo de este tipo: “Tu última conexión fue hace 5 minutos y te envié un whatsapp hace 10. ¿Por qué no contestaste? ¿Qué estabas haciendo?".

El otro problema tiene peor justificación. Si bien es cierto que el “doble check” no asegura que la pareja haya leído el mensaje, la hora de última conexión es infalible. La otra persona puede conocer la hora a la que su pareja ha dejado de usar Whatsapp y eso se transforma automáticamente en un problema espinoso.

En este caso, las conversaciones siguen este esquema: "Anoche después de darme las buenas noches estuviste chateando hasta muy tarde ¿con quién hablabas?". Las respuestas que siguen suelen ser muy dudosas.

Para concluir, Whatsapp puede ser una gran fuente de rencillas que sólo pueden limitarse con un uso compartido de las redes (contándose las anécdotas), un poco de voluntad, buena fe, y aumentando la comunicación fuera de la red.

 

Juan Augusto López


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