Literatura
Crónicas de mi viejo valle y algo más
Un testigo de su tiempo. Un observador de los cambios del Valle. Así podría presentarse a Luis Alberto Armenta Mestre, además de leer su largo currículo en el que sobresalen las experiencias de químico farmacéutico y catedrático de la Universidad Popular del Cesar.
El autor publicó unas crónicas que sitúan a la ciudad de Valledupar en la inmensidad de la Historia universal, contextualizan las evoluciones de las últimas décadas y dan detalles interesantes sobre algunos símbolos importantes de la región.
En “Crónicas de mi viejo valle y algo más”, Luis Alberto Armenta impone su criterio de espectador y momentos indelebles de su infancia con un “Yo sé” que marca de entrada la narración. El ritmo constante de sus revelaciones, la riqueza de los detalles, invitan el lector a un viaje a través del tiempo, sin otros límites que el de la memoria.
El asesinato de John Fitzgerald Kennedy o el primer paso sobre la luna son algunos de los momentos claves de la historia que acompañan la dulce vida de la capital del Cesar. Así es cómo se da sentido a los años que transcurren, a los cambios políticos, a las dificultades que atraviesa una región.
Pero no todo son imágenes estelares. El cronista recoge también en su obra recuerdos infantiles de los años 40 y 50 en los que Valledupar podía compararse con ese denso e insólito Macondo creado por Gabo. De esta manera, rescata el relato de un circo internacional que iba en dirección de Venezuela, se establecía unos días y luego desaparecía sin dar más noticias de regreso.
Luis Alberto Armenta señala que, en una de las pocas visitas del circo, cuando se estacionó en la zona donde ahora se erige el hotel Sicarare, una lluvia torrencial destruyó la carpa principal, la levantó por los aires e imposibilitó toda presentación oficial, causando así la decepción de muchos estudiantes.
Estos detalles que ahora pueden hacer sonreír ––y que ayudan a entender cómo ha cambiado la ciudad de Valledupar en los últimos cincuenta años–– son los que pululan en este libro y le dan un toque intimista, casi insólito. Y ciertamente, estos pequeños pormenores, el rescate de esos momentos en el que el tiempo parece detenerse, son los elementos más valiosos de una crónica.
Por su parte, Iván Martínez Anibar Zuleta, ex-alcalde de Valledupar, se encargó de presentar esta obra en la sede de Sayco ante un público numeroso. Sus palabras cálidas abrieron el acto de la mejor manera y se centraron en el talento del escritor: su estilo sencillo y castizo, novedoso e inteligente. “Su misión debe ser, porque es un buen escritor, en conservarse en un gran y buen escritor”, expresó el ex-alcalde.
0 Comentarios
Le puede interesar
¿Un relato cualquiera?
No, éste no es un relato cualquiera, pues está dedicado a mis miedos. A mis miedos del presente, del pasado y del futuro. ¿Y p...
“Estamos entre esas dos aguas donde todo parece cataclísmico”: Óscar Perdomo
Periodismo y periodismos. La dictadura de los géneros y sus fronteras invisibles. El 3er Festival de las Letras de Valledupar dio lu...
Clemencia Tariffa: aproximaciones a lo sublime
El jueves 29 de noviembre de 2018, después de asistir a una lectura de poemas de Pedro Olivella Solano en la Casa de Poesía Silva, tu...
“Cada vez que se escribe, uno va adquiriendo una voz”: Giovanni Quessep
Ganador del recién creado Premio Mundial de Poesía René Char, el poeta colombiano Giovanni Quessep se refiere a algunos aspectos...
Últimos días para participar a los concursos de la Biblioteca departamental del Cesar
La Corporación Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez y la Gobernación del Cesar abrieron el pasado 30 de abril del 2021 las convocat...