Ocio y sociedad
Del Mobile World Congress al Festival Vallenato: eventos que hacen vibrar (y temblar) a una ciudad
El 12 de febrero del 2020 se suspendía el Mobile World Congress en Barcelona (España)[i]. Este evento de dimensiones gigantescas –considerado el más importante en el sector de la telefonía móvil a nivel mundial–, se interrumpía por primera vez desde que abrió sus puertas en 2006 en la ciudad mediterránea.
La retirada precipitada de algunas de las más importantes empresas del sector, como LG, Erikson o Sony, por temor a posibles contagios, provocó un efecto dominó imparable que terminó en una cancelación sorpresiva y dolorosa del evento. Enseguida, las reacciones fueron de incomprensión, algunos medios hablaron de histeria y apresuramiento[ii], mientras expertos trataban de entender cómo el evento más consolidado y reconocido del sector podía tambalearse en tan poco tiempo.
Hoy sabemos que la ola del coronavirus ha sido lo más parecido a un tsunami devastador, pero los organizadores (aliados con las autoridades de la ciudad) en aquel entonces no lo sabían. La pandemia que paralizó el mundo entero apenas estaba creciendo y, desde Europa, se veía como un fenómeno controlable, algo parecido a la gripe aviar o N1h1. En aquel momento saltaron las alarmas: la ciudad estaba perdiendo una parte importante de sus ingresos anuales, algunos analistas cifraron esa pérdida en 500 millones de euros[iii]: es decir, un agujero negro de dimensiones colosales que podía a afectar a numerosas empresas del sector tecnológico, pero también turístico y logístico.
Del otro lado del océano Atlántico, exactamente un mes después –el 12 de marzo del 2020–, alcanzados por la ola creciente del Coronavirus, los organizadores del Festival de la Leyenda Vallenata en la ciudad de Valledupar (Colombia), tuvieron que tomar la decisión más dura de los últimos años: suspender el evento en un contexto lleno de incertidumbres. El dolor y la pena por no poder celebrar uno de los eventos folclóricos más representativos de Colombia se hizo notable, y se mezclaba también con un viento de preocupación jamás vista en la costa Caribe.
No obstante, la suspensión del célebre Festival Vallenato se realizó en circunstancias diferentes. Ya podía percibirse en el horizonte las turbulencias ocasionadas por el tsunami devastador. Su rumor era innegable. Dividía y desbordaba a naciones enteras. Ya era indiscutible que el coronavirus era una pandemia[iv], pero además era un hecho que sus efectos serían catastróficos para la economía mundial. El primer caso de coronavirus[v] en Colombia se confirmó el 6 de marzo, y seis días después el presidente de la nación, Iván Duque, anunciaba oficialmente la emergencia sanitaria[vi] con la inmediata cancelación de todos los eventos dirigidos a un público de más de 500 personas.
Desde ese momento, numerosas voces ciudadanas reclamaron la cancelación del evento de manera preventiva en redes sociales y otros medios comunitarios. La sanidad se convirtió, de repente, en una preocupación colectiva. Esto fomentó, de hecho, ciertos rumores que tuvieron que ser desmentidos en medios de comunicación[vii], y poco después, la realidad terminó imponiéndose. El Festival de la Leyenda Vallenato no podía realizarse a finales de abril como lo requiere la tradición, sino que debía trasladarse a una fecha desconocida. Entonces, el desconcierto fue evidente. La suspensión tuvo un efecto comparable al del MWC en Barcelona: muchos ciudadanos se estremecieron ante el impacto que esto supone para la economía local, se entristecieron por el vacío sentimental que esto representa, y muchos otros también se mostraron satisfechos ante lo que se anunciaba como un riesgo masivo para la salud de toda una ciudad.
El Festival Vallenato y el Mobile World Congress en su contexto
El mes de abril en Valledupar es el mes de la magia y del folclor. El mes de la ilusión. Con el Festival de la Leyenda Vallenata, todo cambia: desde la actitud del lugareño hasta los precios de las tiendas. Todo florece: desde los arboles de Cañaguate hasta las ofertas comerciales. La música lo invade todo, la alcaldía manda a arreglar todos los socavones, se limpian las zonas urbanísticas olvidadas durante semanas o meses, y, de repente, aparecen los turistas tan anhelados, principalmente del interior del país, de la costa Caribe y de países limítrofes como Venezuela o Ecuador.
A diferencia del Mobile World Congress en Barcelona, el Festival de la Leyenda nació en la ciudad que lo sigue acogiendo desde la primera edición en el año 1968. Es parte elemental de la identidad de Valledupar. Un producto de la tierra que nació con las gestiones del compositor Rafael Escalona, la gestora cultural Consuelo Araujo, y algunas ideas del escritor Gabriel García Márquez[viii], y que ahora dirige una fundación local encargada de hacerlo crecer año tras año. El orgullo por ese festival se ha incrustado en el tejido social a través del tiempo. Los ciudadanos y músicos se preparan con antelación para cada cita. Hablan de él con cariño, como si fuese un familiar querido que vuelve cada año de un viaje lejano con anécdotas y regalos inesperados. Los conocedores del folclor mantienen, por su lado, la memoria de las finales insignes entre “acordeoneros”, recuerdan los nombres de dinastías de juglares y debaten interminablemente sobre la necesidad de reforzar la tradición. Evidentemente, la mirada está puesta en el pasado, porque así es como se optó desde un principio por proteger la tradición.
El Mobile World Congress, por su lado, puede compararse con un tren de alta velocidad en constante transformación, fruto de una sinergia sectorial y una necesidad comercial que encabeza la asociación GSMA (quien representa a todos los principales actores del sector de telefonía móvil). El evento nació y se consolidó en la ciudad de Cannes (en el sur de Francia) desde la década de 1990[ix], fue pasando por otras ciudades como Niza, Berlín y Lisboa, y, para afianzar su crecimiento, se trasladó en 2006 a la ciudad de Barcelona donde encontró un escenario perfecto para atraer a profesionales de toda Europa y de buena parte del mundo. El Mobile World Congress es la estantería más sugestiva de las últimas tendencias tecnológicas, una vitrina de las corporaciones más avanzadas en investigación y, por lo tanto, sólo mira hacia adelante. No se detiene un solo segundo hacia el pasado. El único sentimiento que cabe es el vértigo de la ruptura técnica y el temblor del anuncio despampanante, y entre tanto ruido mediático y colorido, la ciudad de Barcelona ha terminado recuperando esta filosofía de vida para convertirse en una ciudad moderna con ambiciones de “hub tecnológico”. Una ciudad que atrae el talento y conocimiento global, y que se alimenta de esta burbuja tecnológica.
La alianza sellada entre la organización del Mobile World y el ayuntamiento de Barcelona ha permitido la eclosión de un centro llamado el Mobile World Capital que estudia ciertos proyectos de promoción de la industria móvil, mientras que, a pocos metros, en el centro neurálgico de la ciudad han aparecido tiendas de otras empresas enigmáticas como Apple y pululan avisos publicitarios de Huwaei o Samnsung. La tecnología ha convertido Barcelona en una ciudad “trendy” donde barrios de viejas fábricas y trabajadores se han trasvestido en lugares de máxima atracción para las sedes de grandes empresas surgidas en el mundo de la web y de los softwares. A pesar de ciertas resistencias, Barcelona se enorgullece siempre de exponer un estilo de vida californiano, con playa y negocios muy cercanos unos de otros que recuerdan Santa Barbara o la Silicon Valley. La distancia es todavía enorme, pero la idea hace soñar a sus dirigentes.
De la obsesión por la innovación al sentimiento musical
Los 150.000 visitantes que atrae el Festival de la Leyenda Vallenata cada año[x] lo convierten en un festival de gran interés para la ciudad que lo alberga. Los hoteles, restaurantes, transportes y otros negocios reconocen la relevancia del evento, y sin embargo, su tamaño dista todavía mucho del millón de asistentes que acude al Carnaval de Barranquilla cada año[xi]. El Festival Vallenato es, por lo tanto, un evento todavía de dimensiones medianas que ha ido ganando peso por la llegada de múltiples escenarios musicales que compiten entre ellos, muchas veces afectando la rentabilidad de cada uno. Su programación oficial, estirada sobre cinco días, se centra en los concursos de acordeoneros y compositores, y en los conciertos nocturnos que atraen a músicos nacionales e internacionales.
En esos cinco días la ciudad se multiplica. Se vuelve multifacética. La plaza Alfonso López en el centro histórico y el Parque de la Leyenda Vallenata siguen siendo los epicentros del encuentro[xii], pero muchos otros barrios -como el Primero de mayo- acogen escenarios que ensalzan la competición musical. Por la noche, ciertas arterias se colapsan y generan serios problemas de movilidad, mientras que, en otros lugares, las fiestas interminables se enquistan hasta el día siguiente. Es el caso de la novena, a la altura de la fuente del Novalito, el barrio más acomodado de Valledupar, donde muchos asistentes terminan parrandeando con el sonido de sus vehículos. La informalidad convive con los negocios legales. Los vendedores ambulantes arrastran sus mercancías dejando una huella notable en las avenidas y cerca de los grandes escenarios musicales. Así es como el folclor se condensa con toda su explosividad para aprovechar la burbuja alegre de unos días.
Ante la proliferación de escenarios y el atractivo que tienen los cantantes internacionales frente a los de la música autóctona, la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata trata de arraigarse en las calles y en las periferias. Así es como algunos de los concursos tradicionales se han trasladado a corregimientos como Patillal o municipios vecinos como La Paz[xiii]. También se han proyectado recorridos por los barrios populares de Valledupar[xiv] en una estrategia de acercarse a la gente y de reconectar con los inicios del Festival. El diálogo constante entre los organizadores y la base popular, entre el sentimiento y la identidad, se imponen como cimientos de esta fiesta folclórica. Cuando uno se distancia demasiado del otro, el evento peligra.
Por su lado, y a pesar de su cercanía en términos de asistencia (109.000 personas en 2019[xv] en sus cuatro días de apertura), el Mobile World Congress podría describirse como la antítesis del Festival Vallenato. El evento se caracteriza por realizarse en espacios cerrados y se concentra exclusivamente en el interior de un complejo ferial. Inició primero en el recinto de Montjuïc y, debido a su crecimiento exponencial, tuvo que trasladarse al recinto ferial de Gran Vía. Además, va dirigido exclusivamente a profesionales (aunque por el efecto llamada también atrae el público curioso). Su dinámica se construye sobre la competencia que existe entre cada una de las compañías que lo componen. Esa rivalidad es tan notable que los stands se han convertido en mega-palacios de alta tecnología, y muchos de ellos permanecen estrictamente secretos hasta el inicio oficial del evento.
Dentro de este evento gigantesco -que genera más de 470 millones de euros para la ciudad de Barcelona[xvi]- , se reúnen entre 2500 y 2800 empresas de 200 países[xvii]. Por eso, el Mobile World Congress puede considerarse una cartografía asombrosa de la industria más puntera. El reflejo de un evento extremadamente internacionalizado. Es la apología misma de la globalización. El inglés se impone en cada esquina y todos los empleados contratados para la ocasión deben mostrar conocimientos de idiomas. Pero aquí impera también la frialdad del negocio y de la tecnología. El evento es, a pesar de todo su atractivo, un encuentro entre fabricantes y comerciantes, un pantallazo estruendoso de lo que viene y de lo que se va. Es el lenguaje de la innovación obsesiva, sin más sentimiento que la ilusión de las imágenes y los anuncios extraordinarios. El diálogo con la ciudadanía ha sido mínimo durante años y apenas está creciendo movido por una red de organizaciones sociales que tratan de visibilizar la parte humana del mundo de la telefonía.
El miedo visceral a perderlos: síntoma de una gran dependencia
Cada vez que algo ocurre en contra del Festival de la Leyenda Vallenata, las alarmas se encienden. Puede que esto sea una reacción de enamoramiento extremo, pero también de celos o de recelo. De repente, sus defensores alegan que algunos enemigos ocultos desean su muerte o la bancarrota de sus organizadores. Los enemigos pueden existir, pero la realidad es más compleja. La situación del Festival Vallenato se ha fragilizado debido a que el evento se ha abierto a la competencia y los costos fijos han ido en aumento. Los honorarios por artista han subido exponencialmente, las noches en las que intervenían fácilmente 8 o 10 artistas han sido reducidas a 4 o 5, y, además, el escenario principal se ha convertido en una carga pesada que antes no asumía la organización[xviii].
Esto hace que la presión sobre la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata se acreciente enormemente. En una ciudad en la que el empleo escasea y donde toda la afluencia de turistas se concentra en una sola fecha, el miedo a la cancelación se amplifica notablemente y toma un aspecto de tragedia griega. Nadie se imagina un año sin Festival y esto habla de la dependencia que existe a pesar de las críticas, de las congestiones en la ciudad y otros malestares.
De la misma forma, cada vez que el Mobile World se enfrenta a una dificultad renace la paranoia. Algunos representantes de las autoridades en Barcelona sospechan que Madrid[xix] –ciudad rival en muchos aspectos económicos- quiera llevarse el evento para beneficiarse de sus suculentas recetas. Algunos medios, aprovechándose del clima de tensión política, no dudan en anunciar un posible “robo”[xx]. También existen incertidumbres frente a la posibilidad de que el evento se vaya a otro país, o que las manifestaciones ciudadanas –que escogen deliberadamente las fechas del evento para lucirse– afecten su devenir.
Lo cierto es que el compromiso del Mobile World Congress con la ciudad de Barcelona está limitado en el tiempo, y adopta la forma de un contrato de varios años que se renueva a final de cada término cuando las condiciones son claras y favorables (o cuando las necesidades lo imponen)[xxi]. Esta relación compleja se asemeja a un matrimonio de conveniencia –a diferencia del matrimonio de amor universal del Festival Vallenato– y el contrato que la define asigna deberes a cada una de las partes, obliga a exponer la mejor cara, pero también a exigirse mutuamente la mayor rentabilidad. El amor es proporcional al rendimiento.
Al ser una relación construida explícitamente sobre intereses, los temblores que nacen con cada escena de riesgo pueden atribuirse, en la mayoría de las ocasiones, al recelo de que quiebre un modelo económico basado en la imagen y las recetas económicas. Ambas marcas (la de Barcelona y MWC) se necesitan, pero, a fin de cuentas, tiene más que perder la ciudad condal, ya que, sin su evento piloto en tecnología, pierde el norte, se estanca en medio del océano tecnológico y se tambalean los planes de inversión.
Creatividad y futuro
Las diferencias entre dos ciudades como Barcelona y Valledupar son enormes, y compararlas puede considerarse en muchos aspectos un despropósito, sin embargo, la forma en que plantean sus relaciones con eventos claves de su calendario anual puede servir para entender el contexto social y económico de cada urbe, y dibujar un mapa de oportunidades y debilidades.
En el caso de Valledupar, ciudad intermediaria del Caribe colombiano recién ingresada en la red de la Unesco de ciudades creativas, todavía se está debatiendo un modelo que pueda impulsar la ciudad en su crecimiento, y, si bien es cierto que el folclor, la cultura y el turismo son llamados a ser fundamentales en una nueva etapa, los promotores de la ciudad deben cuestionar la relación exclusiva y dependiente que existe con el Festival de la Leyenda Vallenata. ¿Cómo puede una ciudad creativa tener solamente una fecha para exponer lo que justamente la define como creativa? ¿Qué atavismos o problemáticas sociales hacen que otros eventos no hayan entrado en la agenda anual para completar esa oferta?
La inauguración del Parque de la Provincia en 2019[xxii] y la remodelación de la glorieta de los juglares demuestran un esfuerzo por crear circuitos turísticos fundamentales dentro de una ciudad que aspirar a contarse a sí misma y a ofrecer espacios de calidad dignos de una ciudad musical. Sin embargo, esto no cambia su relación con el único evento que le permite relacionarse con el exterior. El amor de su vida es exclusivo, y también muchas veces un poco excluyente.
Por su lado, la creatividad de Barcelona ya no se cuestiona. Más allá del Mobile World Congress que le otorga reconocimiento tecnológico y empresarial, la ciudad española ingresó en la red de ciudades creativas en 2015 en el campo de la literatura, y en 2016 fue catalogada como una de las cuatro ciudades más creativas en materia de diseño[xxiii]. Su carácter multifacético y su tejido social y económico le permiten asumir la suspensión de un evento de máxima importancia, y al mismo tiempo buscar la forma de reinventarse (o encontrar otras alternativas que respalden su imagen y actividad[xxiv]).
Quizás la verdadera creatividad de una ciudad no sea la expresión o el tema que las identifica como tal –en realidad, esa creatividad es una característica intrínseca de los artistas y gestores–, sino la capacidad de entender de manera sensible las voces y las expresiones que la representan, proyectar una imagen coherente y administrar el calendario para favorecer a la ciudadanía y a todo el tejido empresarial. El reto es cuidar el fondo y la forma, pero también fomentar la complejidad y el pensamiento.
En este momento de la historia en el que la pandemia del coronavirus lo ha cuestionado todo, también es propicio preguntarse si centrar todos sus esfuerzos en una vía de desarrollo como la del turismo o los eventos a gran escala es oportuno. También se puede replantear o combinar las prioridades. La importancia de la agricultura (de la cual las ciudades son enormemente dependientes), la manufactura de productos de uso estratégico, la urgencia de buscar un modelo sostenible, el auge de los cultivos urbanos, la necesidad de espacios para caminar y hacer deporte, obligan las ciudades a redefinirse. Los tiempos del Coronavirus también tienen su impacto en los paradigmas. Ya no es cuestión de ser una ciudad creativa, sino profundamente inteligente.
Johari Gautier Carmona
@JohariGautier
[i] Los organizadores cancelan el Mobile World Congress de Barcelona por la crisis del coronavirus. El País (España). 13 de febrero del 2020.
https://elpais.com/tecnologia/2020/02/12/actualidad/1581509148_414423.html
[ii] Editorial: Sin razones. El País (España). 13 de febrero del 2020.
https://elpais.com/elpais/2020/02/13/opinion/1581621470_349839.html
[iii] Barcelona pierde 500 millones por la cancelación del Mobile World Congress. El Economista. 13 de febrero del 2020.
[iv] La OMS declara el brote de coronavirus pandemia global. El País. 11 de marzo del 2020.
https://elpais.com/sociedad/2020-03-11/la-oms-declara-el-brote-de-coronavirus-pandemia-global.html
[v] Coronavirus en Colombia: primer caso confirmado. Revista Semana. 6 de marzo del 2020.
https://www.semana.com/nacion/articulo/coronavirus-en-colombia-primer-caso-confirmado/655252
[vi] Duque declara emergencia sanitaria a nivel nacional. El Tiempo. 12 de marzo del 2020.
https://www.eltiempo.com/politica/gobierno/coronavirus-duque-anuncia-emergencia-sanitaria-471854
[vii] La noticia falsa sobre el Festival Vallenato y el coronavirus. El Pilon. 3 de marzo del 2020.
https://elpilon.com.co/coronavirus-por-ahora-no-afectara-la-realizacion-del-festival-vallenato/
[viii] La primera parranda: así nació el Festival de la Leyenda Vallenata. El Espectador. 25 de abril del 2019.
https://www.elespectador.com/entretenimiento/musica/la-primera-parranda-asi-nacio-el-festival-de-la-leyenda-vallenata-articulo-852185[ix] La historia del Mobile World Congress, cómo empezó y por qué es tan importante. Andro4all.com. 28 de febrero del 2017.
https://andro4all.com/2017/02/curiosidades-mobile-world-congress
[x] Balance comercial y turístico de la Cámara de Comercio de Valledupar. 51º Festival de la Leyenda Vallenata (2018)
[xi] Carnaval de Barranquilla mueve $308.219 millones y jalona la economía de municipios cercanos. La República. 22 de febrero del 2020.
[xii] Tres lugares emblemáticos del Festival Vallenato. PanoramaCultural.com.co. 29 de abril del 2020.
https://panoramacultural.com.co/turismo/6636/tres-lugares-emblematicos-del-festival-vallenato
[xiii] El Festival Vallenato se extiende hacia La Paz. El Tiempo. 16 de abril del 2015.
[xiv] El Festival Vallenato llegará a los barrios de Valledupar. El Pilón. 20 de febrero del 2020.
https://elpilon.com.co/el-festival-vallenato-llegara-a-los-barrios-de-valledupar/
[xv] El Mobile World Congress 2019 de Barcelona cierra con récord de visitantes: 109.000 asistentes. El Periódico. 2 de marzo del 2019
[xvi] MWC 2019: Todo lo que tienes que saber sobre el Congreso Mundial de Móviles. Gestión. 24 de febrero del 2019.
https://gestion.pe/tecnologia/mwc-2019-tienes-congreso-mundial-moviles-video-nndc-259572-noticia/
[xvii] La muerte del MWC: El miedo al coronavirus se impone a los mensajes de tranquilidad. NiusDiario.es. 12 de febrero del 2020.
[xviii] Festivallenato deberá pagar arriendo para usar el Parque de la Leyenda. Bluradio.com. 15 de abril del 2019.
[xix] Madrid quiere arrebatarle el Mobile World Congress a Barcelona. BusinessInsider.es. 16 de enero del 2020.
https://www.businessinsider.es/madrid-quiere-llevarse-mobile-world-congress-barcelona-563515
[xx] Madrid quiere robar el Mobile World Congress a Barcelona. Metropoliabierta.com. 16 de enero del 2020.
[xxi] El Mobile prorroga su contrato con Barcelona hasta el 2024. La Vanguardia. 15 de abril del 2020.
[xxii] Inauguran en Valledupar, un parque para rendir homenaje al Vallenato. El Espectador. 4 de octubre del 2019.
[xxiii] Barcelona, cuarta ciudad más creativa en el mundo. La Vanguardia. 24 de julio del 2016.
[xxiv] Barcelona impulsa una agenda alternative para suplir la “sangría” del MWC. 17 de febrero del 2020.
https://cronicaglobal.elespanol.com/business/mobile-alternativo-actos-paralelos_318656_102.html
Sobre el autor
Johari Gautier Carmona
Textos caribeños
Periodista y narrador. Dirige PanoramaCultural.com.co desde su fundación en 2012.
Nacido en París (en el distrito XV), Francia. De herencia antillana y española. Y, además -como si no fuera poco-: vallenato de adopción.
Escribe sobre culturas, África, viajes, medio ambiente y literatura. Todo lo que, de alguna forma, está ahí y no se deja ver… Autor de "El hechizo del tren" (Ediciones Universidad Autònoma de Barcelona, 2023), "África: cambio climático y resiliencia" (Ediciones Universidad Autónoma de Barcelona, 2022), "Cuentos históricos del pueblo africano" (Ed. Almuzara, 2010), Del sueño y sus pesadillas (Atmósfera Literaria, 2015) y "El Rey del mambo" (Ed. Irreverentes, 2009).
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