Ocio y sociedad

Conociendo a Andrea Salas: la nueva Señorita Cesar

La noticia se oficializó hace poco, el 10 de junio, pero Andrea Salas Danies ya la tiene bien asumida. Esta hermosa vallenata de cabello y ojos oscuros, sonrisa rutilante, asombra por su determinación y su voluntad. Ella es la nueva señorita Cesar y, desde lo alto de su metro ochenta, nadie puede discutírselo.

En su casa me recibe un poco intrigada. Es la primera entrevista que concede desde que la noticia se hizo pública y, sin embargo, serena y acogedora, se deja atrapar por el juego de las preguntas. Quizás se esté dando cuenta de que el título de Señorita Cesar es una puerta abierta sobre el mundo, sobre ella misma, y en definitiva, sobre la vida.

Nos sentamos en su terraza. El calor nos rodea pero sin interponerse. Mientras Andrea se deja absorber por la entrevista, yo trato de desligarme del efecto abrumador de sus ojos. Le pregunto cómo recibió la noticia de su triunfal designación y enseguida su rostro se ilumina: la presidenta del comité en persona, Elizabeth Oñate, se personó en su casa y le entregó el sobre. Sí, el sobre que convierte el sueño en realidad.

“¿Cómo te sentiste en ese momento?”. La pregunta busca acapararse del instante en que todo se cristalizó, cuando por fin la espera tuvo un desenlace. “Yo, ¡Feliz¡ –me responde exultante–. Esperaba esto desde siempre. Sentí de inmediato una gran responsabilidad. Pensé que tenía que mostrar todo lo mejor de una mujer”.

La historia de este reinado inicia hace dos años. Andrea Salas expresó a la señora Elizabeth Oñate su deseo de presentarse a Señorita Cesar para el año 2013 y le entregó su hoja de vida. La presidenta del comité la recibió y le dio una serie de indicaciones que hasta hoy ha seguido al pie de la letra para mantener su silueta en las mejores condiciones.

Dos años de escrupuloso esfuerzo. Dos años de preparación mental y física para algo que no es seguro. Le pregunto a Andrea cuál ha sido su secreto para mantenerse motivada hasta el final y conseguir el anhelado título, y ella me contesta con toda la naturalidad del mundo: “Mucha constancia y mucha fe”.

Entre los momentos de mayor tensión, Andrea Salas destaca lógicamente el desfile de presentación organizado durante el Festival Vallenato ante el jurado. Fue el momento en el que todas las candidatas pudieron conocerse y verse alternativamente vestidas con ropa casual, traje de baño y vestido de gala. Me pongo en la piel de esa mujer –sin mayores intenciones que la de conocer su experiencia, obviamente– y me pregunto si daría para hacer dos pasos seguidos en una pasarela. Ella finalmente me da su impresión: “¡Me sentí súper bien!”, me explica y entiendo que esta mujer está hecha para modelar.

Pero vayamos más allá. Me gusta que las entrevistas cojan esos giros inesperados. Saber qué hay detrás de esos ojos y de esa sonrisa, de esa cabellera voluptuosa que cae sobre unos hombros impresionantemente altos. Así es como me entero que Andrea, además de interesarse por el derecho con toda la dedicación de una abogada en plena formación, se apasiona también por las artes plásticas y la literatura.

“En mi mesita de noche siempre hay un libro”, exclama antes de citarme a Héctor Abad Fabiolince y su novela “El olvido que seremos”, a Mary Daza Orozco y “Rosas contra tu cara”, o incluso a Sarah Lark y “En el país de la nube blanca” (la última novela que está leyendo).

La pintura impresionista de los franceses Manet, Cézanne y Monet la encantan. Ella ve en esos cuadros el reflejo de una época única, llena de creatividad y de exploración estética. Cada pincelada es una fuente de inspiración.

Tras abordar la literatura y las artes plásticas, la pregunta sobre la música es inevitable. “Mi ritmo favorito es el vallenato –me comenta–, pero me encanta el rock y el indie-pop”. Cita a Pinkfloyd, a Queen y a unos cuantos grupos más que no logro escribir porque enseguida me interpela un hecho, y es que Andrea Salas también disfruta cantando con su papá que la acompaña con la guitarra sobre temas de Vallenato. Le encanta Diomedes Díaz, Rafael Orozco y, cómo no, Silvestre Dangond.

Con sólo 21 años, la Señorita Cesar destella por su curiosidad y sus ganas de vivir. De Valledupar, la ciudad en la que nació, destaca su arborización, su color verde intenso y el carácter acogedor de su gente. “¡Valledupar es uno de los mejores vivideros!”, manifiesta convencida.

En un momento inesperado de nuestra conversación, cuando ya estoy a punto de tomarle una foto para eternizar este encuentro, Andrea me confiesa que tiene grabado en su celular un listado enorme de cosas por hacer durante su vida. Viajar a Nueva York es una de ellas. Escribir un libro y subirse a una montaña rusa son otras dos. Luego, me mira con una sonrisa llena de satisfacción: “Acabo de tachar lo de ser Señorita Cesar”.

En breve la veremos firmar el decreto en la Gobernación y recibir la banda de Señorita Cesar, pero desde ya Andrea Salas Danies puede sentirse orgullosa de haber conquistado la corona del Cesar y representar el departamento en Cartagena a finales de año. A ella: ¡Felicidades!

 

Johari Gautier Carmona

Para PanoramaCultural.com.co