Bienestar

La obesidad: Problema grande, solución pequeña

 

Betty es una chica de 34 años. Un día, llega a mi consultorio caminando de una manera muy extraña: no podía apoyarse sobre una pierna y su cara manifestaba dolor con cada paso que daba.

Lo primero que le pregunto es ¿Qué te ha pasado? y ella responde: “Se me ha salido la cadera y mi médico sólo me manda a bajar de peso”, pero claro, yo no puedo adelgazar porque desde que nací soy así de gorda y toda mi familia tiene sobrepeso.

Para Betty, ser una persona gorda conlleva mucho sufrimiento. Tiene dificultades con su marido, su relación de pareja se ha deteriorado notablemente, evita las relaciones sociales porque siente que toda la ropa le queda mal. Permanentemente está de mal genio, no logra controlar sus ganas de comer.

Los médicos la remiten al psiquiatra para medicarla e intentar controlar su ansiedad pero ella dice “nada, ni nadie puede controlar mi deseo por comer. Es como si fuera una fuerza interior, superior a mí que me obliga a comer. Aunque no quiero ser gorda, aunque odio mi cuerpo al mirarme al espejo, no logro controlar mi deseo por comer. Estoy desesperada y no sé qué hacer”.

Sin embargo, ella se repite frecuentemente: “soy consciente que solo depende de mí, no son las dietas de los nutricionistas, ni las pastillas que venden ahora por todos los supermercados, ni la cirugía para reducir el estomago”.

Así como Betty muchos hombres y mujeres están diagnosticados de obesidad. La causa del sobrepeso u obesidad en la mayoría de los casos, no corresponde a esa carga genética que muchos pacientes aducen.

Algunas de las razones de comer en exceso pueden ser: una depresión, desilusión, irritación, aburrimiento y muchas otras razones que no tienen nada que ver con el hambre. En otras palabras: “Los sentimientos de las personas influyen en sus hábitos alimenticios, lo que repercute en una mayor ingestión de comida”.

Empieza a buscar la solución dentro de ti y genera un plan de acción para tener el peso que tanto anhelas:

- Realiza un compromiso contigo mismo: El hecho de hacer un compromiso firme es un primer paso decisivo para tener éxito en la pérdida de peso. Aprovecha el interés que tienes de perder peso hoy. No digas "comenzaré después de las vacaciones "o "un día de estos estaré lista" y empieza YA.

- Fíjate metas realistas: En lugar de concentrarte en la báscula, algunas personas piensan que ayuda el hecho de fijarse una meta más tangible, como ponerse un par de jeans que ya no puedan usar o simplemente sentirse más cómodas con prendas de vestir que se hayan vuelto demasiado estrechas.

- Permanece consciente: Cuando estés preparado para consumir una comida, siéntate a la mesa y concéntrate en lo que estás haciendo: no leas ni veas televisión, no escuches la radio, no trabajes al frente del computador y dedícate exclusivamente a comer.

- Planea para tener éxito: Visualízate con la meta cumplida y sintiéndote muy orgulloso de ti mismo por haberlo logrado. Recrea lo máximo que puedas esa imagen, imagínate vistiendo esa ropa que hace tanto tiempo te gustaría lucir.

- Mantente en movimiento: El ejercicio no sólo quema calorías y compensa el metabolismo más lento que viene con el hecho de comer menos, sino que lo hace estar más saludable. Igualmente, puede ser agradable, si escoges un deporte o actividad que te fascine.

- Come de forma saludable: Puedes estar bien nutrido mientras estás perdiendo peso. De hecho, comer bien facilita la pérdida de peso, dado que te vas a sentir mejor y tendrás más energía para permanecer activo. No te prives de alimentos que te gusten o que tu cuerpo necesita; simplemente, come menos de los que más engordan.

- Haz un seguimiento de tus logros: Los estudios con "personas que tienen éxito para reducir de peso" muestran que ellos elaboran una tabla de su progreso. El hecho de anotar esta información evita que tú mismo te engañes con relación a qué tanto estás comiendo y ejercitándote. Así mismo, mirar esos números bajar en la báscula puede ser un estupendo motivador; y lo que es más, las investigaciones muestran que las personas que llevan un diario de alimentos, incluso si conscientemente no están comiendo menos, pierden peso.

- Recupera la fuerza: Una comilona en un día festivo no arruina tus posibilidades de perder peso en forma exitosa y un pedazo adicional de pastel no es un mandato para limpiar la bandeja. Cualquier persona sucumbe ante la tentación de vez en cuando. No hay alimentos "malos" y no hay motivo para castigarse uno mismo por sucumbir ante un deleite rico en calorías. Entre más constantemente hagas elecciones sabias de alimentos, mejor te sentirás y más rápidamente alcanzarás la meta. Simplemente, recuerda que controlar tu alimentación no es una proposición de todo o nada; es llevando las riendas de ti mismo cada día de tu vida.

 

Maira Ropero